El ministro de Defensa, José bono, es un monstruo de las medallas. Las conoce tan bien que fue capaz de autoimponerse una. Vanidad de vanidades. El caso es que consciente del poder de la medalla, ha decidido darle a la máquina. En "El ejecutivo al minuto" se afirma que es más motivadora una palmadita en la espalda que una subida de sueldo. Lo mismo ocurre en el ámbito castrense -con perdón- sólo que elevado a la enésima potencia.

Marchando una de San Hermenegildo. Seis generales de brigada del Ejército de Tierra, un contraalmirante y un general de brigada de la armada, cuatro generales de Brigada del Ejército del Aire y un General Auditor de Aire han sido condecorados con la Gran Cruz de San Hermenegildo. Será por medallas. Hay para todos.