El PP ya no contará con 18 de los 32 representantes de entidades sociales, sino con 15

La reunión del Partido Popular, con el secretario general del PP madrileño, Francisco Granados al frente, tuvo aires de sainete. Como se sabe. Granados ha sido nominado por Esperanza Aguirre para que el Partido Popular afiance su control sobre Caja Madrid y para, en pocas palabras, relevar a Miguel Blesa de la Presidencia.  

Y Miguel Blesa está haciendo justo lo contrario: juega con Comisiones Obreras para que el PP pierda la mayoría y así, con el llamado compromiso histérico Gallardón-CCOO, poder anular a quienes quieren echarle: aguirristas y todo el PSOE (con la excepción de los hombres de Simancas).

Primer asalto: para la asamblea a celebrar en la tarde del lunes, por mor de Blesa, el PP pasará de contar con 18 compromisarios a sólo 15. Los otros se los llevan los aliados de Blesa, es decir, Comisiones Obreras. Lo gracioso es que la consejera Mercedes de la Merced argumentaba en la mencionada reunión que, como Comisiones Obreras estaba con ellos, no pasaba nada por perder un representante en favor del sindicato aludido. A lo que Granados respondió, sin que la sonrisa asomara a sus labios, que si se trataba de ganar apoyos, casi se aseguraría más con un miembro del PP que con uno de Comisiones.

Por lo demás, Blesa, que ya se ha echado al monte, ya no escucha a nadie, por lo que el PP y el PSOE deberán librar la batalla, en alianza con el adversario político y en guerra civil en sus formaciones.

Y esto es bello e instructivo, pues demuestra que nada es lo que parece, especialmente, cuando las empresas se politizan pero, sobre todo, cuando los gestores se aferran al cargo.