Los ataques con el derecho a la objeción de conciencia como medio de neutralizar el cristianismo en la vida pública, reduciéndolo a una continúan. El Gobierno Tony Blair ha ratificado que las agencias de adopción de católicos deberán canalizar, obligatoriamente, las posibilidades de adopción de los gays. La Jerarquía católica británica ya ha advertido (como ha resumido la agencia Zenit) que se verán obligadas a cerrar antes que cooperar a que haya niños educados pro parejas de homosexuales y lesbianas.