La Audiencia Provincial de Navarra ha apoyado a un particular que, al no poder pagar la hipoteca, ha decidido devolverle el piso al banco.

La entidad es el BBVA y no le ha gustado el asunto y recurrirá. Al sistema bancario tampoco le ha agradado mucho y las tertulias radiofónicas y los diarios, preferentemente los económicos, se han rasgado las vestiduras, siempre pendientes de la solvencia de los bancos, que no de la de sus clientes.

Una hipoteca no es sino un dinero prestado con intereses y con una garantía real: el propio piso. Así lo entienden los anglosajones. Por tanto, cuando un norteamericano no tiene para pagar la hipoteca se va a la sucursal bancaria y les entrega la llave del piso, con lo que el crédito queda anulado.

Aquí no, aquí el banco pone en venta la garantía y continúa acuciando al moroso, lo que implica no pocas tragedias familiares. Bastante desgracia es para el particular tener que devolver la casa, especialmente si es su residencia familiar. El que más pierde es él, no el banco, que ha cobrado ya intereses y puede recuperar el capital con la venta.

En definitiva: el riesgo es total para el prestatario y atenuado para el prestamista. Por tanto, bien por la sentencia y esperemos que se modifique la normativa y se aplique el sistema anglosajón. Especialmente, un país donde la banca se ha dedicado a conceder hipotecas por el 100 por 100 del valor del piso y, en ocasiones, con unas tasaciones que nadie se cree.

Eulogio López

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