La Ejecutiva de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) ha acordado abrir medidas disciplinarias contra el que fuera "conseller" de Agricultura de la Generalitat, Josep Miró i Ardèvol. El eurodiputado y candidato de los nacionalistas catalanes, Joan Vallvé, pidió abiertamente la expulsión de Miró. Oros hombres fuertes de CDC como María Eugenia Cuenca, Jaume Ciurana y Mertixell Borràs secundaron al muy enfadado Vallvé.
Y es que el pecado de don Josep es grave. Como es sabido, tres formaciones nacionalistas, los catalanes de Convergència i Uniò, los vascos del PNV y los gallegos del BNG, así como otros nacionalistas valencianos y mallorquines, se han unido en la Coalición Galeusca para presentarse conjuntamente al Europarlamento, en los comicios del próximo 13 de junio. Liderando toda la lista nacionalista está Ignasi Guardans, un laicista radical que se apunta a todo lo que sea destrozar la familia natural, apoyar cualquier atentado contra la vida o simplemente darle una toba al cura.
La verdad es que el nacionalismo gallego del BNG es aún más anticlerical que Guardans. Y la otra verdad es que el socio de Convergència es Uniò Democràtica de Catalunya, partido democristiano integrado en la Internacional democristiana. Así que el ex conseller, amigo personal de Jordi Pujol, promotor de Cristianos por Europa y de www.e-Cristians.net, decidió escribir una serie de artículos en los que decía algo tan simple como esto: "Por coherencia con mis ideas, yo no puedo votar en esta ocasión a mi partido". Si quieren leer el texto completo no tienen más que acudir a la siguiente dirección:
www.e-cristians.net/listados/subcontenido.asp
Es muy posible que este rasgo de valentía le cueste el cargo a un hombre que ha llegado muy lejos en política y para el que la política es toda su pasión. En el mejor de los casos se le impondrán medidas disciplinarias y, esto está claro, su futuro político es de color de hormiga. Es más, contra este tipo de gente los aparatos de los partidos suelen responder con especial virulencia. Es lógico. Imagínense lo que ocurriría si a todo el mundo le diera por ser coherente. Todo su poder se iría abajo, y no sólo su poder, sino su medio de vida, que, seamos sinceros, no está nada mal.
Eulogio López
