Ese gran hortera que es el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, de profesión editor, a sus 73 años prepara una nueva pirueta. Se va a confesar.

No es broma, acudirá al sacramento de la penitencia para recupera el favor de la Iglesia. Naturalmente, lo hará de forma discreta, aunque es muy posible que la prensa se entere de que ha acudido al sacramento de la Reconciliación en pro de la estabilidad política italiana.

Quizás, sólo quizás, esos mismos medios, aludirán a que el bueno de Silvio no hace más que seguir un consejo papal. Que el Papa aconseje confesarse parece bastante verosímil.

No es broma. Es muy triste pero no es broma. La derecha pagana es capaz de esto y de mucho más para atraerse el voto católico.

Eulogio López

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