El Pontífice no se opone a una comunidad iberoamericana de naciones mientras no olviden su impronta cristiana. Lo peor del mundo hispano actual, según el cardenal Bertone: la violencia, el narcotráfico, las desigualdades, el desempleo y la economía informal, el deterioro de la educación, la falta de democracia representativa y el avance del proselitismo de las sectas. Lo mejor: renace el cristianismo comprometido y aumentan el número de sacerdotes y seminaristas

En estos términos se dirigía Benedicto XVI a los nuncios del Vaticano en Hispanoamérica, en reunión previa a la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, que él mismo inaugurará el próximo día 13 de mayo, en Aparecida (Brasil). Deja claro Benedicto XVI que la familia natural, la única familia, es la compuesta por uno con una para siempre, y abiertos a la vida, es decir, justo lo contrario de lo que aconsejan los fanzines del ministro Jesús Caldera. Pero recuerda algo más: la familia natural no es sólo una cuestión moral, sino el elemento imprescindible para crear una sociedad donde merezca la pena vivir. Todas las crisis, también las económicas, no son más que crisis de la familia, sostén del Estado.

Al mismo tiempo, con esa ecuanimidad tan propia del actual Pontífice, Benedicto XVI recuerda que la Iglesia no se opone a la globalización, y por tanto a los intentos de unión de toda la zona hispanoamericana que pretenden algunos políticos como Hugo Chávez. Eso sí, recuerda, como su antecesor, Juan Pablo II, le recordó a Europa, que en la creación de esos entes supranacionales la impronta cristiana resulta elemento imprescindible… por la sencilla razón de que no se entiende Hispanoamérica sin la fe católica, como no se entiende Europa sin sus raíces cristianas, raíces cuyo fruto legal y político puede resumirse así: la persona es lo primero.

Además, distingue el Papa, y aparece una advertencia a los nuevos mandatarios hispanoamericanos, entre "conceder" el derecho a la libertad religiosa y "reconocer" dicho derecho.

En la misma reunión con los nuncios de la zona hispana. El carden secretario de Estado, Tarsicio Bertone, enumera lo peor y lo mejor del actual mundo hispano. Muchos elementos negativos, tales como la violencia, el narcotráfico, las desigualdades, el desempleo y la economía informal, el deterioro de la educación, la falta de democracia representativa y el avance del proselitismo de las sectas. Sólo apunta un elemento positivo, aunque muy relevante: el aumento del número de sacerdotes y seminaristas, señal de que el compromiso con la fe sigue vivió en Hispanoamérica. Algo que no puede decirse ni de la madre-patria ni de la Europa-madre.