• Los tipos de interés bajan del 0,25% al 015%, por no ponerlos al cero: más océano de liquidez.
  • Todo un favor para los especuladores bursátiles.
  • Los bancos tendrán que pagar, en lugar de recibir, por los depósitos en el BCE, no imprescindible para cubrir el coeficiente de recursos propios.
  • Y habrá liquidez extra para los bancos que quieran prestar a pymes.

Lo previsto: el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi (en la imagen), ha cedido a las presiones de los especuladores financieros.  

Al final, el precio oficial del dinero baja desde el mínimo 0,25% al megamínimo 0,15%. Las bolsas, naturalmente, lo reciben con extraordinario regocijo: es una media a favor de los especuladores bursátiles, no a favor de la economía real.

Además, tasa negativa para los depósitos de los bancos en el BCE, al menos para aquellos que sobrepasen las necesidades para cubrir el coeficiente de recursos propios -bastante movido últimamente, dicho sea de paso-, ya no recibirán dinero por esos depósitos extra, sino lo contrario.

Por último, manguera de liquidez para los bancos, con tal de que aumenten su financiación a empresas, se supone -aunque no tengo claro el porqué- que esencialmente es para pymes. Nada menos que 400.000 millones de euros.

Es decir, que seguimos, corregido y aumentado, en el océano de liquidez y con ello estamos generando una nueva crisis financista. El camino lógico es el contrario, la vuelta al patrón-oro, pero no se apuren: en los próximos días verán ustedes cuántas felicitaciones recibe don Mario. Sobre todo de los rentistas, que son los beneficiados: empresarios, profesionales y trabajadores y familias, la mayoría silenciosa en economía, no se verán beneficiados, sino todo lo contrario.

Además, que la economía crezca no depende de la cantidad de dinero en circulación sino de la creación de riqueza, que es otra cosa.  

Tercero: liquidez a los bancos con la condición de que se utilice para prestar a las empresas. Pues, don Mario, eso nos lleva la banca pública. Mire usted, si los bancos no prestan a las empresas es porque no se fían de que le devuelvan el dinero o que el margen, con estos tipos, es escaso. Pues bien, si se trata de jugar al océano de liquidez, que sea el sector financiero público quien preste directamente a las empresas. Pues si el que sabe otorgar préstamos -los bancos privados- no quiere prestar, ¿para qué proporcionarle más dinero Y si el sector público no puede prestar porque no sabe hacerlo... entones lo que falla es el sistema entero, en su totalidad manifiesta.

¡Genial, supermario! Su política monetaria políticamente correcta ahonda en la crisis permanente en la que vivimos. Es usted un desastre, igual que Alan Greenspan, Ben Bernanke y demás compañeros del martirio actual, no el suyo, claro, sino la de la economía occidental.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com