Una de las tres patas claves del BBVA está harto quiere marcharse. Vitalino Nafría, responsable de internacional del grupo presididido por Francisco González (FG) nunca se ha entendido con la máxima autoridad del banco, incluso está harto del desprecio que FG siente por el negocio iberoamericano, precisamente el sector que va a convertirse en el mayor aportador de beneficios al grupo, probablemente en este mismo año.

Como curiosidad, en la entidad recuerdan que la aventura mexicana (el gran bastión del BBVA en el mundo hispano) comenzó el 11 de septiembre de 2001, precisamente el 11-S. Ese día aterrizaban en México DF los entonces copresidentes Emilio Ibarra y Francisco González. Al tener noticia del macabro atentado, FG afirmó que esto es una mierda, acusó a Ibarra de que la inversión en México era cosa suya y allí le dejó: cogió el primer avión de vuelta a Madrid y desapareció

Hoy en día las cosas han cambiado y FG está obligado a aceptar que México es el país más importante de todos para el BBVA. Sin embargo su animadversión hacia Vitalino Nafría no ha desaparecido, y éste empieza a estar un poco harto y dispuesto a prejubilarse o, al menos a pasar a un segundo lugar si se le respetan las condiciones. FG ya pretendió expulsar a Vitalino y su amigo el consejero delegado, Ignacio Goirigolzarri se negó en redondo. El nuevo rifirrafe llega en mitad de la batalla italiana y cuando FG no puede permitirse ninguna baja debido a reorganización del negocio y a los problemas de salud de alguno de los máximos directivos de la entidad.