Es el plan de salvamento de la primera inmobiliaria española, que pergeñara Rodrigo Rato desde Lazard. FG es el único miembro del G-10 que exige más garantías para evitar el concurso de acreedores y que mantiene el pulso con el Santander. En cualquier caso, Rafael Santamaría ha perdido su empresa. Los administradores bancarios procederán a una fuerte venta de activos y a capitalizar deuda. El prestigio de Ana Patricia Botín como gestora se hunde en Urbis

El diario ABC lo explicaba muy bien días atrás. Más de 50 bancos acreedores esperan que el llamado G-10 (es decir, los diez prestamistas más importantes) den el viso bueno y coloquen un administrador bancario que sustituya el defenestrado propietario de Reyal Urbis, Rafael Santamaría, el empresario más próximo a José Bono.

Ahora bien, hay un problema. El presidente del BBVA, Francisco González, dice que el plan de reestructuración financiera de Reyal, elaborado por Rodrigo Rato durante su estancia en Lazard, no es suficiente: exige más garantías y probablemente que sea uno de sus hombres quien capitanee el nuevo equipo directivo. Si no, concurso de acreedores. Una vez más, espadas en alto entre los dos grandes bancos, Santander y BBVA.

Y no se crean: el plan para solventar los 5.000 millones de deuda conlleva la marginación definitiva de Santamaría, la capitalización de la deuda y una venta de activos importante.

El plan elaborado por Rato intenta evitar el concurso de acreedores, porque los bancos han aprendido del caso Martinsa-Fadesa y ahora prefieren controlar la empresa morosa, como hicieron con Metrovacesa y cobrar vendiendo activos.

El Santander tiene un especial interés. No olvidemos que fue Banesto quien al vender Urbis (empresa tradicional de Banesto) a Reyal, convirtió a Santamaría en el primer promotor e inmobiliario de España. Entendámonos: Banesto no sólo vendió Urbis a Reyal sino que financió la compra, es decir, no se desligó del activo vendido.

Con la crisis, Ana Patricia Botín, presidenta de Banesto, y ante los impagos de Santamaría, recurrió al truco de crear una sociedad con los pisos invendidos de Reyal, como si los empleados de banca fueran mejores vendedores que los del ramo. Es una forma artificial de reducir mora al convertir una cartera crediticia en una cartera de inversión. La presidenta de Banesto se ha dejado muchos jirones de prestigio como gestora en esta operación.

En cualquier caso, FG exige más garantías. Si el BBVA se planta, los más de cuarenta prestamistas restantes no firmarán.

Eulogio López

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