• Y con Caixabank, aunque ésta sin especial entusiasmo.
  • El Popular, desfondado tras el no del FROB a la compra de las sucursales fuera de Cataluña. Y JC Flowers se retira.
  • Pero el favorito sigue siendo el Santander que necesita entrar en Cataluña.
  • La clave está en el montante total de los activos tóxicos que se comerá el FROB. Una forma de ayuda pública disfrazada que aumentará el coste de la crisis bancaria española.
  • Otro problema: el coste de reputación corporativa para quien se quede con los 7.000 millones de hipotecas nocivas.
  • Y luego hay que ver la cartera 'normal' de créditos.

Oficialmente, BBVA no quiere saber nada de la subasta de Catalunya Caixa (CX). Oficiosamente, vaya que si quiere, aunque sólo sea para pararle los pies al principal favorito, el Santander de Emilio Botín (en la imagen, junto a Francisco González, presidente de BBVA). Y no vale la excusa de que hay que conocerle las tripas a la entidad. Toda la banca española, tras dos subastas fallidas, conoce a la perfección el balance de la entidad nacionalizada.

BBVA, por tanto, competirá con el Santander, con Caixabank y con el Popular, pero no con el fondo norteamericano JC Flowers, que ya ha respondido al FROB que no acudirá. Los chicos están bastante escocidos con la resolución de Novagalicia.

Caixabank presentará una oferta no especialmente entusiasta. Por su parte, el Popular ha quedado desfondado después de que el FROB no aceptara su oferta sobre la red de oficinas de CX fuera de Cataluña.

Ahora bien, las claves para tomar una decisión por parte de todas las entidades son dos: por un lado, cuántos activos tóxicos está dispuesto ha quedarse el FROB en su cartera. Coste que no deja de ser una ayuda pública encubierta, que aumentará el coste para los españoles del saneamiento bancario. Ahí está el tira y afloja entre el Banco de España y los postores. Tengan en cuenta que se habló de 20.000 millones de euros a traspasar al FROB, una cantidad desorbitada que el ministro Guindos no está dispuesto a aceptar.

El otro riesgo es el de los famosos créditos hipotecarios tóxicos que por valor de 7.000 millones de euros se van a apartar del balance de CX antes de la subasta. Seguramente irán a parar a un fondo buitre, pero tanto Santander como BBVA temen el riesgo de reputación corporativa que comportan. En otras palabras, lo primero que hará el fondo que se quede con esos activos será llevar a los titulares ante los tribunales. En otras palabras, ejecutarlos. Y, naturalmente, los miles de afectados no se revolverán contra un fondo buitre cuya existencia ni conocen. No, se revolverán contra CX y contra el banco que la absorba cuando modifique el cartel.

Y a todo esto hay que unirle la cartera 'normal' de créditos. Preocupa especialmente la morosidad de la cartera de pymes. En resumen, una tercera subasta que sigue sin estar clara. Claro que si el FROB se muestra generoso…

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com