La medida cogió desprevenidos a muchos alcaldes

 

Dice el presidente castellano-manchego que la medida de suspensión de la posibilidad de endeudarse cogió desprevenidos muchos alcaldes. A muchos, no; a todos. Y eso que el día anterior se había reunido en Elche con 2.000 de ellos. A ninguno le anunció la realidad que se venía 24 horas más tarde. A eso se le llama lealtad institucional.

Pero lo políticamente interesante es que Barreda sigue marcando distancias con el Gobierno. Le acusa de precipitación. Y es que una vez muerto Bono, ahora hay que buscar un sustituto para Zapatero. Y Barreda se postula. Se desmarcó del Estatut. Y ahora predica con el ejemplo y reduce tres consejerías. Lo último: censurar la precipitación de su Gobierno.

Andrés Velázquez

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