Así de contundente se mostró el conseller en cap del Gobierno "tripas" catalán, Josep Bargalló, en el debate sobre política general celebrado la semana pasada. El "progresismo", en su criterio, es incompatible con el apoyo a la familia. Una afirmación que jamás se atrevería a pronunciar Zapatero. Pero ya se sabe, Cataluña es vanguardia.

Mientras en todo el mundo civilizado se defiende la familia como la institución que garantiza mejor el desarrollo personal y la correcta socialización de la infancia, el conseller en cap de la Generalitat de Catalunya se tira a la piscina con una declaración contraria al programa electoral de los partidos del "tripas", pero que revela la fijación del subconsciente: la familia no es una aliada, sino una enemiga a batir.

Y de la palabra a los hechos. La Generalitat acumula entre cinco y seis meses de retraso en las prestaciones por hijo a cargo comprometidas por el Gobierno autónomo. Esta actitud "famifóbica" ha sido criticada por las asociaciones familiares catalanas. El presidente del Instituto de Política Familiar de Cataluña, Liberto Senderos, instó a reclamar, "por coherencia con su cargo", a la consellera de Benestar i Familia y a la Secretaría de Familia del Govern. De momento, nada de nada.

evenbsp;