• Y Rosa Díez, por una vez, da en la diana: por lo mismo que ha sido 'condenada' Ana Mato podría serlo Rajoy.
  • El presidente está grogui. Con la cabeza puesta en el extesorero, delega cada vez más en una Soraya convertida en delfín y sucesora.
  • No sólo eso, se vislumbra como la única posibilidad de recambio si la cosa se pone fea.
  • A Rajoy no le preocupaba Gürtel, pero tras la decisión de Ruz sobre Ana Mato, ahora le preocupa aún más el 'caso Bárcenas'.
  • El PP luchará porque el juez Pablo Ruz abandone la Audiencia Nacional y no instruya el caso del extesorero: la decisión en Nochebuena.
  • Y Bárcenas advierte que no sólo se quedará el dinero sino que quiere salvar su honor implicando a toda la cúpula del PP.

"Partícipe a título lucrativo". Estas palabras martillean la cabeza del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Forman parte de la instrucción del juez Pablo Ruz en el 'caso Gürtel'. Entiéndase: a Rajoy no le preocupaba el 'caso Gürtel', pero sí la forma en la que su ministra de Sanidad. Sin ser imputada, ha sido señalada por el juez Ruz. Lo que quiere decir su Señoría es que Ana Mato no cometió delito, pero se lucró con el presunto delito cometido por su marido. Por tanto, no será penada, pero sí puede ser condenada a devolver lo que se ha beneficiado.

Y resulta que esto reverdece las acusaciones de Luis Bárcenas. Puede que usted no se enterara de las fechorías -presuntas- de su tesorero, pero usted y el PP se beneficiaron de ello siendo usted su presidente.

Y en el debate sobre corrupción de la mañana del jueves 27, el socialista Pedro Sánchez y el comunista Cayo Lara se lanzaron a una retahíla de acusaciones, pero sólo Rosa Díez dio con la clave: por una vez y sin que sirva de precedente, la líder de UPyD acertó: glosó eso tan bonito de "partícipe lucrativa" y le puso a un Rajoy tembloroso ante el espejo.

En otras palabras, si Ruz repite en la instrucción de Bárcenas lo mismo que en la instrucción Gürtel, el señor Rajoy está perdido. Debería dimitir.

A un boxeador Groggy le propinaban el último sopapo. Desde hace un tiempo, Rajoy parece evadirse de los grandes temas de Estado: paro, principios fundamentales (derecho a la vida, por ejemplo), Podemos, el problema catalán... todo lo delega en su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, encantada de "asumir más responsabilidades", es decir, más poder. Los Sorayos, el grupo de poder arracimado en torno a la número dos, presumen de ser los únicos no manchados por la corrupción en el PP, la nueva guardia. Y lo cierto es que Rajoy ya no piensa en enviar a Soraya al ayuntamiento de Madrid: se ha hecho imprescindible y es el único recambio posible en caso de que Rajoy fuera imputado o simplemente señalado por Ruz. Es más el presidente está deprimido y perezoso. Días hay en que se recluye en su domicilio monclovita para ver Teledeporte, su canal favorito. Así que cuidado, José Antonio Sánchez, no vayas a cerrar tan apasionante canal.

En el entretanto, Moncloa y el PP se esfuerzan en que el CGPJ, mismamente en su reunión de Nochebuena, decida no prorrogar la comisión de Servicios del juez Pablo Ruz y que otro continúe con la instrucción del 'caso Bárcenas'. No se confundan con Ruz: parece un buen chico de derechas, pero lo cierto es que es de izquierdas, proveniente de la asociación socialista Jueces para la Democracia.     

Y mientras, el señor Bárcenas piensa en sus dos opciones, que podrían ser: una, quedarse con el dinero presuntamente robado al partido, y lavar su honor (obsesionado está con salvar su honor ante su hijo de 17 años de edad). Está dispuesto a contar todo lo que sabe y algo más. Bueno, ya lo ha contado, ahora la cosa estriba en que el juez dictamine a Rajoy y todo el PP en calidad de 'partícipe lucrativo".

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com