•  Los sondeos revelan un empate técnico entre el presidente demócrata y el candidato republicano, Mitt Romney.
  • Una vez más, la comunidad hispana será fundamental a la hora de determinar quién será el próximo presidente de Estados Unidos
  • Las diferencias en el voto por razón del sexo y de la raza se acentúan cada vez más en la primera potencia mundial.
  • Mientras, la Iglesia Católica muestra su oposición a las políticas de Obama, al confirmar que el presidente de la Conferencia Episcopal norteamericana pronunciará la oración final en la Convención Republicana.

Hace unos meses, en plenas elecciones primarias del Partido Republicano, la división que existía en el seno del partido de Lincoln hacía pensar a los analistas que el actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, no iba a tener grandes dificultades para lograr la ansiada relección, más aun teniendo cuenta que la historia revela que el presidente que se presenta a la relección suele ser elegido de nuevo.

No obstante, el declive de la economía del país, unido al incremento del desempleo en la primera potencia mundial, que ha alcanzado el 8,3%, ha hecho peligrar las opciones del actual inquilino de la Casa Blanca para alcanzar su ansiada relección, teniendo en cuenta que ningún presidente ha sido reelegido con una tasa de desempleo superior al 7% y basándose en el hecho de que los potenciales electores consideran que el candidato opositor republicano, Mitt Romney, está más capacitado que el actual inquilino del Despacho Oval para gestionar la economía y reducir el déficit federal, mientras que el líder afroamericano sigue teniendo como puntos fuertes su dirección de la política exterior y la política sanitaria, tal y como informa la agencia Gallup.

Teniendo en cuenta la actual crisis económica que está padeciendo Estados Unidos, y vistas las credenciales en materia económica sobre Romney que perciben los electores, no resulta extraño que los estudios electorales reflejen un empate técnico de cara a las elecciones de noviembre entre los candidatos de los dos grandes partidos. Así, el portal Real Clear Politics, que realiza una media de los sondeos electorales de todos los medios de comunicación, establece que el actual presidente cuenta con tan sólo un punto de ventaja sobre el aspirante republicano -46,3% frente a 45,3%-.

En lo referente a las características de los votantes de noviembre, los sondeos predicen que las diferencias en el voto por razón de sexo y de raza son cada vez más acusadas. En este sentido, en lo referido al sexo, los hombres votan mayoritariamente al Partido Republicano -50% frente a un 42%-, mientras que las mujeres optan por apoyar a los candidatos demócratas –también 50% frente a 42%-. No obstante, lo más sorprendente es que las diferencias raciales a la hora de votar son cada vez más evidentes, ya que mientras los ciudadanos blancos –tanto hombres como mujeres- votan predominantemente a los candidatos republicanos, el partido Demócrata se nutre del voto de las minorías, sobre todo de la comunidad afroamericana –que apoya al actual presidente en porcentajes superiores al 85%- y, en gran parte, del cada vez más decisivo electorado hispano que, de momento, muestra mayor simpatía hacia el actual presidente que con respecto al candidato republicano.

Al mismo tiempo que se agudiza el enfrentamiento entre las campañas electorales de ambos candidatos, la división entre la Administración demócrata y la Iglesia Católica de Estados Unidos se hace más acusada, ya que el arzobispo de Nueva York y actual presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, Timothy Dolan, ha anunciado que pronunciará la oración de clausura en la Convención Nacional Republicana que se celebrará la próxima semana en la ciudad de Tampa, en el Estado de Florida. Dicho anuncio por parte de la principal autoridad católica de Estados Unidos –que fue también el prelado que encabezó la campaña contra el plan de Obama de exigir a los hospitales regidos por órdenes católicas que incluyesen los anticonceptivos en los seguros sanitarios de sus empleados- supone una mala noticia para los intereses demócratas, ya que, el electorado católico tradicionalmente ha apoyado mayoritariamente a los candidatos demócratas, mientras el voto protestante va a parar principalmente al Partido Republicano.

Los sondeos lo dejan claro. Aunque el presidente afroamericano cuenta todavía con un cierto margen de ventaja sobre el candidato mormón, los comicios presidenciales de noviembre se presentan muy igualados y, es probable, que la elección se decida por un estrecho margen en alguno de los Estados 'bisagra', tal y como ocurrió con el Estado de Florida en las elecciones presidenciales del año 2000, que llevaron a la presidencia al líder republicano, George W. Bush.

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com