A mí no me disgusta Jaime Echegoyen, lo que me fastidia es el modelo Bankinter, tan alabado por todos los papanatas de los mercados financieros y que no es otra cosa que especulación y apalancamiento.

A ver si nos entendemos: Jaime Echegoyen no ha dimitido: ha sido cesado como consejero delegado del banco que Jaime Botín se disputa con los franceses de Crédit Agricole. El ADN de Bankinter consistía en jugar a los dados, siempre al borde de las tensiones de liquidez. Es el banco más especulador, el más apalancado, sólo que a esos dos pecados llevamos años llamándoles innovación y modernidad y seguimos haciéndolo tres años después de que esos dos elementos (especulación y apalancamiento financiero) provocaran la mayor crisis económica y planetaria de la historia moderna. ¿Por qué han echado a Jaime Echegoyen? Porque, como les ocurre a todos los especuladores -y Jaime era un especulador muy bueno- se pilló los dedos.  

La demostración de todo lo anterior es su sucesora: Dolores Dancausa, llegada del sector asegurado, de Línea Directa. Es decir, una aseguradora que es, o debe ser, experta en inversiones prudentísimas, propias de un probo padre de familia.

Pero no soy optimista. Mucho me temo que si no aprendimos nada de la caída de los grandes monstruos bancarios norteamericanos, británicos, alemanes, suizos, es decir, del derrumbe de la especulación y el sobreendeudamiento tampoco aprenderemos nada de la caída de Echegoyen en Bankinter. Seguiremos especulando y estirando más el brazo que la manga.

Eulogio López

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