• Falta mucho por sanear, pero empieza a trabajar con márgenes lógicos. ¡Ya era hora!
  • El principal problema de Goirigolzarri continúa siendo la liquidez.
  • BFA-Bankia continúa con su muy necesario desapalancamiento, que es la razón que explica una caída del 6% en el crédito a particulares en este semestre y la reducción de su balance (-4,8%).
  • Un 52% de tasa para el crédito promotor, parece poco a estas alturas de la crisis.
  • Eso sí, Bankia ha hecho un esfuerzo de reconocimiento de deterioros durante el segundo trimestre (585 millones de euros, de los que considera 284 como no recurrentes). 
  • Por mucho que se empeñe, el banco no ha sacado efecto positivo alguno del canje de preferentes. 

Ya les anuncié ayer que hay compañías que respetan al público y a los analistas y nos entregan información en formato menos amable pero más riguroso y otras, con frecuencia del sector bancario, que nos entregan unos preciosos power point que no demuestran más que su capacidad para elaborar documentos vistosos pero vacíos. Uno de esos casos es el grupo BFA-Bankia (ya saben: ese grupo  donde el banco peor es matriz del malo), que nos ofrece un par de documentos en PDF y una nota a mayor gloria de su ejecución durante este primer semestre de 2013.

La nota es además torpe en su comienzo. Afirma, literalmente, que:

"El resultado de BFA no incluye el efecto positivo derivado del canje de instrumentos híbridos".  ¡Pero, hombre, no presuma de que el canje a los preferentistas le ha generado algún tipo de beneficio! Y, sobre todo, no intente convencernos de ello a los analistas porque entonces ya no sé si es que usted no sabe o se cree que somos nosotros los que no sabemos. Me explico: el canje ha generado un beneficio en tanto que los preferentistas han pagado por sus acciones un importe muy superior al valor de mercado de los títulos que han recibido, como por otra parte obligaban las condiciones impuestas por la UE en el famoso MoU, que no es un entrenador de fútbol, sino el Memorandum of Understanding, para conceder las ayudas a nuestra banca.

Sin embargo, ese beneficio, de acuerdo con la normativa internacional contable no se refleja nunca en los libros de la entidad porque sus verdaderos beneficiarios son los accionistas de la entidad. Son los accionistas, los que lo reflejarán en su caso si valoran a rabioso mercado su participación, y los accionistas del grupo BFA-Bankia ya sabemos que son básicamente… el Estado.

Por lo demás BFA-Bankia continúa con su muy necesario desapalancamiento, que es la razón que explica una caída del 6% en el crédito a particulares en este semestre y la reducción de su balance (-4,8%). Un modo de mejorar la solvencia, cuando los mercados están cerrados para colocar títulos de capital, es prestar y tomar prestado menos, de ese modo la proporción de tu patrimonio neto sube en términos relativos, que es al fin y al cabo lo que se te exige en la regulación de solvencia.

La información sobre la calidad del riesgo es muy escasa pero nos hace albergar serias dudas sobre si las tasas de cobertura (provisiones) son suficientes. Para muestra un botón: un 52% de tasa para el crédito promotor, parece poco a estas alturas de la crisis. 

Sin embargo, está claro que Bankia ha hecho un esfuerzo de reconocimiento de deterioros durante el segundo trimestre (585 millones de euros, de los que considera 284 como no recurrentes) que ha cubierto liquidando activos y generando plusvalías (296 millones de euros), y que continuará repitiendo en el futuro cercano. Al fin y al cabo, las dos cartas que el Banco de España envió el pasado 30 de abril a las entidades les han dado un plazo hasta el 30 de septiembre para revisar sus créditos refinanciados.

Los gastos de explotación se antojan altos (982 millones de euros) para un margen de intereses tan bajo (1.234 millones de euros) y por eso la entidad insiste en la política de "repricing" de sus activos, es decir: de subida de los tipos de interés que aplica a sus prestatarios, lo que nos puede molestar pero es necesario y lógico. Lo que no era lógico eran los márgenes ínfimos con los que se estaba trabajando antes de la crisis, pero que generaban altos beneficios dado el elevado apalancamiento que se permitía. Ahora ya se sabe: con menor apalancamiento, mayor solvencia, y diferencial entre tipos activos y pasivos más alto.

La liquidez, sigue siendo el problema de Bankia. Ya en el pasado la criticamos mucho por intentar cuadrar el desfase entre el elevado volumen de sus vencimientos de pasivo y activo con el término: capacidad de financiación, que era como decir esto no es un problema porque yo lo valgo y el mercado me va a dar lo que necesito. Lo que luego no fue así. Continúa con un ratio de inversión sobre depósitos de la clientela muy alto (118%) aunque lo haya bajado (desde el 120%), lo que la deja a los pies de los mercados o, lo que es lo mismo, del Ministro de Economía. Es claro que necesita reducir más rápidamente su inversión, pero si no lo logra es, claramente, por culpa de la alta morosidad (manifiesta o encubierta) que tiene. Captar depósitos le cuesta. Su imagen de marca no es buena.

Por lo demás, Bankia va por el camino correcto, pero muy, muy , muy lento.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com