La venta de la filial mexicana del SCH vendrá impuesta por el gobierno mexicano en el caso de que el Santander logre absorber a BBVA. Eso sí, Botín rechaza la propuesta norteamericana de intercambio de participaciones entre SCH y BA. El sueño del cántabro es jubilarse como presidente del quinto banco del mundo, justo lo que suman los dos grandes bancos españoles. Ni la CNMV ni Ana Patricia Botín han explicado el calentón de Banesto del pasado viernes

Durante su comparecencia ante los medios de comunicación para ofrecer los resultados correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio, Ana Patricia Botín contó con una irrepetible oportunidad para explicar lo que había ocurrido con el calentón bursátil del pasado viernes, cuando llegó a subir un 8,6% en un par de horas. La CNMV, siempre discreta, no ha tenido a bien preguntarles a los gestores del banco si eran ciertos los rumores de que la entidad iba a ser vendida para reducir la cuota de mercado del grupo y para obtener liquidez con la que abordar el gran objetivo de Botín, que continúa siendo el BBVA. Objetivo, ojo, al que no ha renunciado, aunque ha dado a sus hombres la orden de esperar tiempos mejores. Dicho en otras palabras, que el valor del BBVA en bolsa se reduzca.

¿Qué tiene todo esto que ver con la aventura americana del Sovereign? El banco cántabro ha apoyado la destitución de Jay Sidhu como presidente, tras 16 años al frente de la entidad, a pesar de que fue el principal apoyo del Santander para entrar en la misma. Pero la batalla no está ni mucho menos ganada. Para ello, Botín ha recibido el apoyo de su socio BA en su dura pugna por entrar en el difícil mercado norteamericano. No sólo eso, sino que BA estaría dispuesto a comprarle al cántabro el 75% de Serfin, segunda entidad tercera si contamos la banca pública- de México.

Lo de Serfin no es moco de pavo porque hay que insistir en las cuentas que establece el Santander en su gran objetivo, que no es el Sovereign, sino el banco de Francisco González. Como ya hemos informado, no se produciría, siempre según los cálculos del Santander, abuso de posición dominante en el negocio español con la fusión SCH-BBVA. Siempre según los cálculos de los hombres de Botín, e introduciendo en el cómputo a cajas de ahorro y cooperativas de crédito, la suma de BBVA y SCH, y en sector privado residente, supondría el 24,5% del mercado español, a  lo que habría que restarle entre 3 y 4 puntos si se vendiera Banesto, por ejemplo al Sabadell, al Popular o al ya redicho Citigroup.

Donde sí habría problemas sería en México, por la suma de Bancomer y Serfin, que el gobierno mexicano no estaría dispuesto a admitir. De ahí es de donde surge la opción de BA (lo que indica por otra parte que Bancomer es más rentable que Serfin). Ojo, lo que no estaría dispuesto a admitir Botín es otra propuesta de los norteamericanos: un intercambio de participaciones entre las dos casas matrices. La experiencia con Royal Bank of Scottland no fue buena y supuso una gran desilusión para don Emilio. No olvidemos que el sueño del primer banquero de España es jubilarse como presidente de uno de los cinco grandes bancos del mundo. Puesto, precisamente, en el que quedaría si sumamos SCH y BBVA.
 
En el entretanto, Emilio Botín caificó el miércoles como rumores "absolutamente infundados" que esté preparando la compra de bancos españoles o extranjeros, lo que recuerda las declaraciones de su segundo, Alfredo Sánez, que consideró cerrado el caso Abbey National... dos meses antes de comprar el Abbey.