• De ellos, por el momento, 120.000 millones salieron del erario público.
  • Y eso, sin el coste de unos Esquemas de Protección de Activos (EPAS) de efecto retardado, imposible de contabilizar hoy pero llamados a crecer.
  • Todo apunta a que superaremos los 200.000 millones de euros, un 20% del PIB español.
  • Oficialmente, el presidente del FROB, Fernando Restoy, habla de 61.000 millones de euros, el Tribunal de Cuentas ya lo eleva a 108.000. La diferencia está en los avales, pero el T. de C. tiene razón.  

El coste del rescate bancario español depende de quién lo cuente. Ejemplo, oímos al Tribunal de Cuentas hablar, la semana pasada, de 108.000 millones de euros, mientras que hace poco más de tres meses el presidente del FROB, Fernando Restoy (en la imagen), lo evaluaba, en sede parlamentaria, en 61.000 millones de euros. Al menos si la diferencia estuviera entre un evaluador privado y público, podríamos pensar que todo resulta más comprensible, pero no cuando la diferencia es entre dos evaluadores públicos (el FROB y el TC).

Bueno, pues tampoco es eso, porque las diferencias entre estos dos organismos públicos son más aparentes que reales: los 47.000 millones de euros se deben básicamente a la no inclusión, por parte del FROB, de los Esquemas de Protección de Activos (EPA) por los que esta institución se compromete a asegurar precios mínimos de compra de activos propiedad de entidades adjudicadas a otras para su reflotamiento, por importe de 24.000 millones de euros, así como por parte del Fondo de Garantía de Depósitos, por otros 5.000 millones de euros. Luego están otros 17.000 millones de euros, tampoco incluidos por el FROB, que corresponden básicamente a líneas de crédito por importe de 7.000 y 10.000 millones de euros otorgadas, por el FROB y el Banco de España (BdE).

La verdad es que sorprende que un organismo tan bancario como el FROB, que no deja de ser un satélite del BdE, justifique sus cifras con afirmaciones como esta: "Esta cifra no tiene en cuenta el volumen de avales concedidos por el Estado a las entidades, ni tampoco los apoyos contingentes formalizados mediante esquemas de protección de carteras de activos (EPA) en algunos procesos de integración". Porque si alguien sabe que un aval representa el mismo riesgo como un crédito, es el banquero. Aunque tal vez ese haya sido el problema: que los responsables del FROB creen que es menos y eso explica el desastre.

En Hispanidad nos parece que hay que separar en el rescate bancario, las ayudas públicas de las privadas. Los 108.0000 millones de los que habla el TC incluyen los 32 mil millones del FGD que, aunque gestionadas por el sector público, no dejan de ser aportaciones privadas.  Dejémoslo pues en 76.000 millones de euros de ayudas públicas, porque nosotros sí creemos que los avales y los disponibles son riesgo asumido y por tanto ayuda (si usted, lector, avala a su hijo es para que este se endeude con otro en lugar de con usted, pero el riesgo no lo corre el otro si usted es solvente).

Sin embargo, nadie ha sumado los famosos escudos fiscales (alrededor de 50.000 mil millones de euros) que no son sino renuncias a recaudaciones futuras, bajo cualquier circunstancia, desde el momento en que se han avalado por el Estado, ni el incremento (difícilmente cuantificable) de los costes de emisión de la deuda pública desde el inicio de la crisis y hasta ahora por el tiempo, mucho, que dichas emisiones estén en el mercado. Tampoco parece que el sobreprecio pagado por la SAREB a las entidades vendedoras se considere ayuda pública, sólo porque la ingeniería financiera ejercida desde el Ministerio de Economía y Competitividad (con que fuera de Competencia ya nos valdría) ha dejado a esta sociedad fuera del sector público.

¿Y los costes privados Pues mire usted, que decía el Homo Antecesor, al margen de los 32.000 millones de euros del FGD, que para eso estaban, tenemos las aportadas por los tenedores de preferentes, subordinadas y acciones que según el Presidente del FROB: "La ejecución de los ejercicios de gestión de híbridos ha supuesto un recorte medio del 26% sobre el conjunto de las emisiones de participaciones preferentes y deuda subordinada de las entidades que han recibido apoyo público".

Y luego la excusa: "Aunque se trata de  pérdidas significativas de valor, estas resultan inferiores a los recortes aplicados en otros países, como Irlanda, donde los recortes a la deuda subordinada fueron superiores al 70%, u Holanda".

Hay que decir, también, que el FROB reconoce que ha intentado reducir las pérdidas todo lo que se lo permitían las condiciones de ayuda a la banca española aprobadas por la UE, por lo que hubo un claro trasvase de ayudas públicas a los tenedores de preferentes y subordinadas, aunque a estos les haya parecido insuficiente: "La estrategia de las autoridades españolas ha consistido, por una parte, en explotar todo el margen permitido por la normativa comunitaria y nacional con objeto de aliviar la carga para los clientes minoristas".

A la postre, ¿cuánto ha costado el rescate bancario español Aún no lo sabemos, pero entre fondos públicos (126.000 millones de euros como mínimo) y privados (32.000 millones de euros como mínimo) no descarten los 200.000 millones de euros, casi un 20% del PIB.

Rubén Manso

ruben@hispanidad.com