Son tan agudos los expertos que el comité creado por la patronal UNESPA ha concluido que las pensiones no son sostenibles. ¿A que no se lo esperaban?

Con una población envejecida, con regiones donde las rentas pasivas superan a las activas (Asturias), en una sociedad con el índice de natalidad más bajo de la historia y con la esperanza de vida más alta de la historia (el ser humano que más vive es la mujer española, seguramente debido al lamentable machismo hispano), con una población que no quiere tener hijos, unos salarios especialmente bajos entre los jóvenes en edad de crear una familia, impuestos altos y vivienda cara (sigue siendo cara) y todo ello con un paro disparado... los expertos concluyen, tras estrujarse las meninges hasta poner en peligro su salud mental, que el sistema de pensiones no es sostenible. Sagacidad no les falta.

Recuerden que cuando un político habla de reforma de las pensiones lo que nos está diciendo es que va a bajarnos las pensiones. Generalmente, cambiando el periodo de cómputo. La razón para una medida tan estructural no puede estar en cuestiones tan coyunturales -por muy dolorosas que sean- como el empleo, sino que el gran problema económico es el demográfico. En plata, nos bajan las pensiones porque no tenemos hijos y toda España, y toda Europa, cada día más envejecida, está pensado para no tener hijos. Si me fuerzan, en todo el mundo mundial, porque la sociedad del siglo XXI, carente de vitalidad, con un mercado antivida, envejece por momentos.

La única política económica válida consiste, por tanto, en fomentar la natalidad. Para ello, el salario maternal se convierte en la asignatura pendiente, y urgente, más importante de los economistas. O premiamos con un salario público a la mujer que otorga a la sociedad lo que la sociedad más necesita, futuros contribuyentes, o el sistema de protección social, el gran invento del siglo XX, estallará. Reducir las pensiones no es más que una solución de emergencia, pero lo que está claro es que el salario maternal debe convertirse en una prioridad económica, tanto como las pensiones.

Hay que fomentar la natalidad como sea. Eso es lo que deberían haber propuesto los expertos, entre los que se encontraba Rodrigo Rato. Lo otro es ponerle parches a una bicicleta ya muy pinchada... y bajar paulatinamente las pensiones de jubilación engañando a la gente.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com