Apaciguar no es lo mismo que defender la libertad con el Estado de Derecho

Este miércoles se presentaba en un hotel madrileño "¿Qué piensan los neocon españoles?" editado por Ciudadela. En el acto de presentación, el ex presidente José María Aznar se definió como un conservador, no un "necon". "Entre mis muchos defectos está el de no haber sido nunca trostkista, maoísta, comunista o socialista; algo de lo que, dicho sea sin ánimo de ofender, no me arrepiento en absoluto". Vamos que no necesita el marchamo de haber militado en la izquierda para tener legitimidad. Algo que era importante decirlo en un tiempo donde mucha derecha parece legitimase en la izquierda. Y es que además –según señalaron algunos asistentes- "el paso por la izquierda siempre termina dejando huella".

Por otra parte, Aznar estuvo gracioso, incluyó algunos de esos gags que tanto gustan a los norteamericanos. "Muchos desarrollaron brillantes carreras en el campo de las ideas de la libertad; o sea, que son peligroso necon. Pero yo, insisto, no lo soy. Quiero decir neocon, porque muchos sí que me consideran peligroso".

No se salió del discurso preparado. Salvo en un punto. Recuerda de un libro que está leyendo que alguien le pregunta a un Reagan que ha perdido las elecciones y ya no tiene edad para plantearse nuevos retos políticos:

- Sr. Reagan, ¿qué piensa Ud. de la guerra fría?

- Lo que pienso de la guerra fría es muy sencillo: "Nosotros ganamos y ellos pierden".

La frase le debió gustar al ex presidente, porque posteriormente la repitió en varias ocasiones. Quizás se pudiera aplicar también a la guerra de Iraq o la batalla contra el terrorismo. "Nosotros ganamos; ellos pierden".

Por supuesto, Aznar no perdió la oportunidad para criticar la política de cesión del Gobierno. "No es lo mismo pensar que lo mejor es apaciguar a quienes quieren destruir la libertad o pensar que es mejor defenderla con los instrumentos que tienen las naciones democráticas y libres, que se basan en el Estado de Derecho".

Y al igual que en la guerra fría, Aznar alerta ante quienes pretenden que es posible el entendimiento con nuestros "enemigos", una estrategia que –en su opinión- no hace sino retroceder. "Los radicales, los terroristas, se envalentonan ante la debilidad; el apaciguamiento no funciona con los terroristas", concluye.