Pocas sorpresas en la presentación de cuadernos de pensamiento político de la Fundación FAES en el Hotel Intercontinental. Aznar acudió chulesco, con las manos en los bolsillos, y flanqueado por un pasillo de pelotas de los que después descuelgan el teléfono para interesarse por lo suyo. Entre la pléyade de moscas buscando el caliente sol destacamos a Pío Cabanillas y Esperanza Aguirre. También asistieron al acto de toma de posesión efectiva de la Presidencia de FAES el ex presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo; el presidente de EFE, Ángel Gozalo; su ex presidente, Miguel Platón; el ex presidente del Tribunal de la Competencia, Amadeo Petitbó, etc. Por cierto, significativa ausencia del alcalde presidente, Alberto Ruiz Gallardón, que, como se sabe, tiene su propio proyecto político. 

"Amigas y amigos, estoy muy satisfecho de acudir a la presentación de los cuadernos de pensamiento político de la FAES, que como saben será mi ocupación dentro de unos días. No será una jubilación tranquila porque no sé trabajar poco. Trabajaremos en las ideas de España y de la libertad, porque sin ideas no hay proyecto político y tampoco alternativas". De esta forma comenzó Aznar su discurso marcando claramente sus próximas ocupaciones y prioridades políticas.

El todavía presidente sacó el autoincienso para alabar la creación de 4,5 millones de empleo, aplaudir la convergencia de renta con la media comunitaria, bendecir el cuarto año de equilibrio presupuestario, la reducción de deuda y de sus correspondientes intereses. En este "viaje desde el desaliento a la prosperidad" se han abierto los mercados, se ha implantado satisfactoriamente el euro, se han recortado los impuestos y se ha eliminado la cultura de la subvención. O sea, la España que mana leche y miel.

No sólo eso, sino que España ha asumido importantes retos "sabiendo cuáles son nuestras prioridades y nuestros valores y principios". Unos principios que el presidente resumió en el concepto de España basado en el modelo constitucional entendido como pacto, y la persona como protagonista y destinataria de las políticas públicas. Sobre estos principios, Aznar considera que se han dado pasos importantes en la revalorización del esfuerzo en el ámbito educativo, la agilización de la Justicia, la mejora de los cauces de participación ciudadana, la compatibilidad entre la vida familiar y social, los proyectos de infraestructuras como elementos de vertebración y el reto de inmigración. En resumen, España está dando pasos de gigante en la mejora de su reputación y credibilidad en el ámbito internacional, lo cual nos colocaría –según Aznar- entre las naciones más importantes del mundo. Un orgullo que debe de marcar la prioridad política a juzgar por las veces repetidas por el presidente: "Sin jactancia, pero con firmeza y decoro". Sea.

La España de las Azores va bien, pero puede ir mejor. Aznar cree posible alcanzar el pleno empleo, incrementar el crecimiento y eliminar el diferencial de renta con las naciones más desarrolladas de la Unión Europea. Además, cree que el nuevo marco internacional de nuestro país "no es un fin en sí mismo", pero que no es posible garantizar la libertad, la seguridad y la prosperidad si no es mirando al exterior.

"Pero las cosas pueden empeorar", advirtió Aznar en un ejercicio de escepticismo sobre la extendida tesis del progreso permanente. "Que nadie piense que lo que hemos conseguido es irreversible porque puede pasar". Más claro, agua. ¿Y cuál es la contingencia para el paraíso español? Lo han adivinado. Se llama ERC. Aznar dirigió duras críticas a quienes quieren zarandean el modelo de convivencia abogando por un cambio de régimen. "En España no existe un problema de diseño territorial, pero si algunos siguen empeñados en crearlo, lo habrá", advirtió. También dirigió sus críticas contra el partido socialista por poner en riesgo la estabilidad institucional "desde posiciones de pancarta". "Animo a los presentes a pensar en cuál sería el programa de investidura de esos partidos". En resumen, lo que ya sabemos: la campaña la está haciendo ERC y el PP cree que atizar a ERC y de paso a PSC maximiza sus intereses. Un acto electoral con escaso peso de pensamiento político. Al final, nos hemos quedado con las ganas de saber el "think tank" que sostiene eso del "centro reformismo" y del "patriotismo constitucional". Otra vez será.