El revuelo cada vez es mayor como consecuencia de la censura informativa de la COPE en Cataluña. Federico Gómez Pardo argumenta esta crisis de un medio de comunicación católico.

Sr. Director:

Las pocas veces que he oído el programa "La mañana" de Jiménez de los Santos, no sólo no me ha gustado, sino que además considero que, ni en el fondo ni la forma, responde a lo que debería ser una emisora de los obispos; por ello creo que deberían despedir a su director.

Y por eso no la oigo. Pero, ¿por qué el "Consell Audiovisual de Catalunya", me priva de mi derecho a no sintonizarla?

En cambio sí oigo otros programas de COPE-Girona que me gustan mucho. ¿Por qué me van a impedir a mí y otros muchos gerundenses poderlos escuchar?

Un país en el que no haya oposición no puede considerarse una democracia. ¿Por qué un Gobierno presuntamente democrático va a impedir que ciudadanos de parte de su territorio no puedan escuchar un medio de comunicación crítico con el mismo?

He leído en bastantes medios catalanes cartas al director criticando al Gobierno de Francesc Camps, por impedir que se vea TV3 en la Comunidad Valenciana. ¿Por qué ahora no critican al Gobierno de Montilla por permitir el cierre de la COPE de Girona i Lérida?

No conozco ningún medio de comunicación que, en teoría, no sea partidario de la libertad de información.

¿Por qué han sido muy pocos los que lo hayan demostrado en la práctica con editoriales críticos con la decisión de cerrar dos emisoras catalanas con arraigo y considerable número de oyentes?

Federico Gómez Pardo

fredericgomezpardo@gmail.com