Fue el rumor más escuchado durante el pasado del fin de semana, con la visita a Madrid del presidente de France Telecom. A ver si nos entendemos: la operadora francesa no ha presentado oferta laguna por el grupo de telecomunicaciones AUNA pero eso no quiere decir que no la presenten fuera de plazo. Como hasta ahora no se han presentado sino las tres ofertas conocidas (que en el fondo son dos), y todas ellas pertenecen a fondos especulativos, desde luego poco dispuestos a invertir en redes, la presencia de France Telecom podría considerarse incluso un alivio. A fin de cuentas, una operadora suele invertir en redes, pero la opción FT supondría volver a regalar a los franceses una cuota del mercado español, lo que ellos no están dispuestos a ofrecer en Francia, al tiempo que admitir como competidor de Telefónica a una empresa que recibió 9.000 millones de euros del Estado francés para no ir a la quiebra.

Es más, algunos se preguntan si France Telecom tiene dinero para afrontar la compra. Liquidez poca, pero capacidad de endeudamiento un montón. En España, FT opera con las marcas Uni 2 y Wanadoo.

En cualquier caso, hasta ahora se han entregado a Merrill Lynch otras ofertas. Por una parte, el fondo norteamericano KKR que unido a Goldman Sachs Private Equity ofrece los 12.500 millones de euros por el conjunto de AUNA, tanto fijo como móvil. Algo que no interesa para nada a Eugenio Galdón y a los accionistas de ONO que se quedarían descolgados.

En la segunda y tercera oferta está Providence, un fondo de capital-riesgo que sale por todos lados. Así, Providence y otros fondos, detrás de Eugenio Galdón, se quedarían con el cable de AUNA (telefonía fija), mientras que el mismo Providence, acompañado de otros especuladores como Permira, Blackstone o Carlyle, explotarían nunca mejor dicho- la telefonía móvil de Amena.

Ahora bien, Merrill Lynch quiere homologar las ofertas por lo que ha pedido 48 horas para proceder a la solemne apertura de ofertas.

En resumen, que la alternativa es: o la operadora de bandera francesa o fondos especulativos dispuestos a exprimir la empresa hasta dejarla en nada. Todo porque don Emilio Botín no ha querido esperar un año más y luego sacar AUNA a Bolsa, si tantas ganas tenía de dar el pelotazo.