Sr. Director:
No falla. Cada vez que necesitas información de empresas, instituciones o centros públicos o privados de cualquier tipo, es para echarse a temblar.

 

Ya te mosqueas un tanto, cuando ves que dicho teléfono comienza por  902Aunque llames a primeras horas de la mañana o de la tarde, rara vez te contesta una persona. Oyes eso sí, una voz grabada que invariablemente te dice.: En estos momentos (¡mentira¡) todos nuestros agentes están ocupados(¡mentira¡). No se retire. Le atenderemos en breve (otra mentira).

Te ponen para entretenerte una musiquita ratonera o tienes que aguantar una propaganda de las excelencias de sus productos. Se repite  lo mismo varias veces. Corre el tiempo y el dinero a pagar. Cuando ya vas a perder la paciencia y colgar por la poca o nula atención, que les merece tu espera, otra voz grabada te dice  de corrida. Si llama para tal cosa marque ud. el 1, si llama para otro asunto, marque el 2, si desea ud. marque el 3,4,5, etc.. Intento vano.

Ni te enteras ni puedes marcar. Cabreo  grande. Vuelta al inicio. Cuando finalmente oyes al agente que te saluda, te habla con voz y tono extraños, y tienes que darle mil explicacionesTotal. Quedas tan enterado como al principio. Si has sido capaz de no sulfurarte, piensas nunca más llamaré al 902. Has descubierto que este es el teléfono de desatención al cliente.

Miguel Rivilla San Martín