Es el chiste que corre por el Principado. También conocido como Estado bi-soberano sometido a bi-referéndum.

Atención: ¿Cómo ligan los catalanes

1. ¿Quieres tomar una copa conmigo

2. En caso afirmativo, ¿quieres acostarte conmigo

Lo que demuestra que Cataluña tiene salvación, dentro o fuera de España: todavía queda en ella sentido del humor que no es otra cosa que sentido de las proporciones.

En los catalanes, que no en sus dirigentes nacionalistas.

No pienso entrar en el terremoto que el jueves armó Artur Mas, el loco de la colina. Ya he dicho que el problema de la autodeterminación es un callejón sin salida, porque no hablamos de Estado de derecho sino del tamaño del Estado. Y como siempre que hablamos de identidades y no de ideas, estamos ante los sentimientos y los sentimientos no son libres. Como muestra un botón: ¿Qué creen ustedes que votaría el propio Artur Mas si llegara a celebrarse el referéndum de noviembre A la primera yo lo tengo claro. ¿Y a la segunda pregunta

Pero sí quiero hablar el problema moral que subyace al asunto catalán. Es decir, la degeneración moral de Cataluña y del conjunto de España. Todo el país ha abandonado aquello que les unía: sus esencias cristianas. Y claro, no hay forma de mantener la unidad.

Cuando hablo de esencias cristianas no me refiero a la caída de la fe y de la prácticas cristianas (de la oración, para entendernos) que presumo es más fuerte en Cataluña que en otros puntos. No, me refiero a la cosmovisión cristiana y filosófica de las cosa. ¿Me elevo demasiado ¡Qué va! Nada hay más práctico que una buena filosofía. Ejemplo: Francesc Homs, mano derecha de Artur Mas y el talibán de los talibanes en CIU, inauguró el congreso "España contra Cataluña" (no lo hacen por molestar, era un congreso 'científico') pagado y teledirigido por la Generalitat, con la siguiente argumentación: "No pretendemos ofender a nadie... no creemos que exista una verdad única y mucho menos absoluta".

Pues mire usted, señor Homs, ese relativismo torpón constituye una blasfemia intelectual contra la cosmovisión y filosofías cristianas, además de una contradicción en sus propios términos. La verdad, o es una y única, o no es verdad. Y la verdad, o es absoluta o no es verdad, es sólo una mentira plana o un sofisma retorcido.

Otra cosa son las distintas opiniones, y libérrimas, sobre las cosas. Pero que haya muchas opiniones sobre las cuestiones fundamentales –por ejemplo, sobre la búsqueda de la verdad- sólo significa que, de todas esas opiniones, sólo una es cierta y las demás son falsas. Y esto, por definición, por sentido común... y para no caer en los bi-referenda cachondeables.

¿Y a partir de ahora qué hay que hacer Pues rememorando el viejo paradigma: "Hola catalanes, adiós mister Mas". Desde el resto de España, ya no hay nada que negociar con los firmantes del pacto por la autodeterminación, pero sí con los catalanes. No podemos hacerle a Mas el favor de la catalanofobia en España. Que sí, desgraciadamente, ahora la catalanofobia sí que existe. Hay que tender la mano a Cataluña y a los catalanes, no a la Generalitat: nos la morderían.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com