Sr. Director:

He sido una de las personas que han estado en la investidura de Carrillo como doctor honoris causa en la Universidad Autónoma, y ante todo lo que se ha dicho hoy en diferentes medios de comunicación, quiero contar lo que yo he visto y he vivido allí.

Un amigo y yo llegamos a las 12:15, entramos en el hall de la facultad donde acababa de empezar el acto, y nada más entrar vemos que hay un revuelo y forcejeos entre varios jóvenes, y al momento todos empiezan a gritar: ¡fascistas fuera de la universidad!, y si no llego a salir corriendo me aplastan. Pregunto a uno que ha pasado y me dicen que un chico ha sacado una bandera anticonstitucional y otro ha tirado una papelera por los aires. Sacaron al chico que había tirado la papelera y un policía vestido de paisano le redujo y se lo llevaron detenido. Después mi amigo y yo nos metimos en el salón de actos donde estaban diciendo los primeros discursos previos antes de que llegara el premiado, y al entrar escuchamos un grito de asesino, genocida, y el público unas 200 personas- le contestaron al unísono ¡fuera, fuera!, durante unos minutos. Después un grupo de unos 10 jóvenes no veinte, como se ha dicho- gritó en el otro extremo de la sala ¡Carrillo genocida!, y los gritos fueron tales que se tuvieron que ir de la sala. Al cabo de unos minutos me tuve que salir de la sala porque se me revolvían las tripas de escuchar los halagos a este hombre honorable que ordenó el asesinato de más de 8.000 personas, muchos menores de edad, y no se ha arrepentido de ello.

Al cabo de una hora sacamos unos carteles para enseñar a los asistentes al acto a la salida. Decían: Víctimas de Paracuellos: no olvidamos. En el hall habría entre 50 y 100 jóvenes, que, al ver alguno de los carteles, empezaron a rodearnos, y al ver el peligro, dije a mis compañeros que fuéramos hacia los guardias de seguridad porque nos iban a pegar. Y así hubiera sido si en ese momento no hubiéramos pedido protección a los guardias, que nos protegieron y crearon una barrera delante de ellos, que proferían gritos e insultos como Fascistas fuera de la universidad, Vosotros fascistas sois los terroristas, Carrero Blanco, bien muerto está y otras lindezas similares. Demostraban que como no tienen argumentos, sólo saben emplear la violencia. A otra chica que estaba a mi lado le dijeron que se habían quedado con su cara y que se iba a acordar de ésta. Algunos hasta llevaban pasamontañas, lo que demostraba gran valentía.

Así estuvimos durante unos 45 minutos, y cuando empezó a salir la gente del salón de actos, cuatro de los 7 que éramos sacamos nuestros carteles, algo que dolió tanto a los rojos la verdad duele- que nos los arrancaron, pero como yo tenía más, los repusimos. Todos los que salieron vieron los carteles, y muchos de ellos nos increpaban y coreaban los gritos de los rojos (como ellos se definen). Cuando ya hubieron salido todos, la otra chica y yo fuimos a buscar al jefe de seguridad para que nos escoltara para salir, y entonces la marabunta empezó a seguirnos, gritando que no teníamos escapatoria. Entonces entramos en el salón y empezaron a entrar todos. Gracias a Dios había cuatro personas en el salón que nos protegieron y nos sacaron por una puerta de emergencia por la que había salido el honorable, y allí, por fin estuvimos a salvo.

Sólo quiero decir que esas hordas vociferantes no respetaron nuestra libertad de expresión, y nos llamaron intolerantes cuando ellos mismos han demostrado serlo hoy. Y unos catedráticos que dan un premio a un asesino de guerra no merecen enseñar nada, y están traicionando y falseando la historia de España. Como reza el dicho el pueblo que no aprende de su historia está condenado a repetirla.

Sandra Gutiérrez

sandrix21@yahoo.es