Sr. Director:

Nacieron en China 117 niños por cada 100 niñas menores de cinco años, cuando la proporción natural es de 105 por 100, según un informe de "Weekend Standard". Tal desproporción es el fruto perverso de la prohibición de tener más de un hijo y ha provocado un descenso notable de la natalidad en China. También un desequilibrio nunca visto en la proporción de sexos. Esta política coactiva y antifeminista ha multiplicado los abortos forzosos y el abandono de niñas nada más nacer.

De ahí que China sea uno de los países más buscados por las parejas españolas para adoptar una niña. La preferencia del varón proviene de muy atrás, enraizada por razones culturales y la política maoísta del hijo único la ha robustecido por razones prácticas. Los padres chinos quieren hijos varones para que cuiden de ellos en su ancianidad. Las hijas, al casarse, pasan a formar parte de la familia del marido. Para no agotar el cupo del hijo único, muchas mujeres recurren al aborto cuando esperan una hija. Las estadísticas más recientes facilitadas por International Planned Parenthood Federation revelan que en China hay cerca de siete millones de abortos anuales, un 70 por ciento, son de niñas. Pero cabe otra posibilidad: abandonar a las hijas o dejarlas en algún orfanato.

 Los homosexuales, según la nueva legislación, no tienen derecho alguno para adoptar ciudadanos chinos. Beth Nonte Russell, desde el diario International Herald Tribune, critica con dureza la política del hijo único, que ha provocado el que los orfanatos estén llenos de niñas. Otra dificultad para los posibles candidatos a adoptar es que necesitan un permiso especial. Pese a todo, la mayoría de los matrimonios españoles que van a China se traen un hijo adoptado, lo que no pueden hacer en su propio país ante la ausencia de candidatos para adoptar, debido a la baja o casi nula natalidad

Clemente Ferrer Roselló

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