Sr. Director: 
Hago referencia a tu escrito sobre la posesión de armas. Los hechos de violencia tienden a suprimir la posesión por parte de los que más las necesitan pues, para los criminales, siempre existen.

 

Es peligrosísimo desarmar la población, particularmente en  tiempos como los presentes.

En Puerto Rico son muy restringidas y la criminalidad es cada vez mayor, ahora con metralletas y, desde luego, sin licencia alguna. Los civiles estamos al margen de  los criminales mejor armados que la policía.

Recuerdo la posición de Barroso Chaves, mejicano ex Presidente de la Cruz Roja Internacional durante 15 años. Durante un almuerzo al que nos invitara en 1978 en su rancho cercano a la Capital me asombró la cantidad de armas de fuego, ametralladoras, disponibles por  toda la casa además de la guardia armada que nos

rodeaba. Le pregunté, su respuesta: En mi experiencia la delincuencia cuando no es producto del gobierno de turno es resultado de permitirla. Se trata de otra forma de gobernar.

Cuando veo el grado al que llega en mi Puerto Rico no puedo menos que darle la razón y cuando veo lo que sucede en la Patria no puedo por menos que darle nuevamente la razón y meditar sobre lo peligroso que sería restringir más aún.

En Suiza toda familia tiene metralletas en la casa y casi no hay delincuencia. Cuando en Miami, hace ya años, los negros americanos se dedicaron a asaltar los negocios cubanos estos se armaron. Hubo algunos muertos pero los atentados cesaron.

En mi experiencia, prefiero que todo el mundo se encuentre armado y que se sepa. El que se meta en tu casa ya sabe lo que le espera.

No te cuento las que vi en la Argentina peronista o en el Perú, que democrático de la época de Belaúnde y otras.

Cancio Ortiz de la Renta