El viaje de la vicepresidenta del gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, a Hispanoamérica ha permitido recuperar el buen tono en las relaciones políticas con Argentina. Según algunos observadores, De la Vega ha conseguido hacer buena pinza con Lagos (Chile) y Lula (Brasil), unos gobiernos de una socialdemocracia muy similar a la europea. No obstante, el gobierno no oculta su simpatía hacia el régimen de Chaves en Venezuela, a pesar de que el compromiso de reparar sus petroleros en los astilleros españoles de Izar de momento siga siendo una entelequia.

En el caso argentino, el encuentro de De la Vega con Kirchner ha permitido un deshielo en las relaciones. El presidente argentino podría visitar España antes de la celebración de la cumbre Iberoamericana de Salamanca y su tono sería muy distinto al que manifestara en su última visita a España en la que se dedicó a insultar a los empresarios españoles con malos modos y peor educación.

Con todo, el gran escollo de la subida de tarifas demandado por las compañías españolas que operan en la zona no quedará resuelto hasta después de las elecciones generales. Kirchner debe de pasar la reválida de verdad, la prueba del algodón de su popularidad. De momento, agotará su populismo con discursos "antigallegos" de corte montonera, aunque su compromiso es hacer efectiva la "suba" de tarifas una vez haya logrado la revalida de las urnas.