En Buenos Aires han ordenado la detención de María Estela Martínez de Perón, viuda de, presidenta de la Argentina, entre 1974 y 1976, por la desaparición de Héctor Fagetti. Es decir, se ordena (no vamos a decir que Kirchner ordena, aunque lo pensamos) la detención de quien perdió el poder hace 31 años.

La viuda del general Perón vive en Madrid desde que la derrocara un golpe militar y cuenta con 75 años de edad. EL juez pretende detener a todos los miembros del Gabinete por la desaparición de Héctor Aldo Fagetti Gallego, quien el 10 de marzo de 1976 desapareció y no se ha vuelto a saber más de él.

Bien está que ningún crimen quede impune pero hasta el momento nada se había dicho de María Estela en materia de desapariciones sino, precisamente, de los militares que al desalojaron del poder mediante un asonada.

En cualquier caso, lo que late al fondo de este nuevo caso de derecho internacional y extraterritorialidad, un concepto muy querido por el Nuevo Orden Mundial, es si estamos hablando de justicia o de venganza. En primer lugar, ese extraterritorialidad se está aplicando con dictadores en el caso de la vida de Perón no se puede decir que fuera una dictadora- a dictadores de derechas, nunca de izquierdas. Y lo que es más importante: se está aplicando a dictadores que ya no lo son, mientras que el NOM ni se preocupa en romper el aforamiento de aquellos tiranos que continúan en ejercicio, que son los peligrosos.

Pro otra parte, el Derecho internacional lo aplican, a través de organismos multilaterales pero desde juzgados locales (en España, el juez Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional, tiene el copyright reservado), y aplicando unas normas que han sido emitidas por entes no democráticos, no elegidos. Digamos que el derecho internacional imparte lecciones de democracia a pesar de su enorme déficit democrático

Al final, no se sabe si el nuevo derecho internacional actúa por justicia o por vengar la caída del marxismo en 1989.