Multitudinaria protesta en la ciudad de Bengasi, segunda del país, pidiendo en fin del régimen
Los rebeldes están ya a las puertas de la capital libia. Alemania e Italia piden una misión de la ONU. España pide desplegar aviones de vigilancia y buques ante las costas libias, el mismo día en que se conoce que nuestro país vendió armas al régimen de Gadafi.
El régimen de Gadafi puede vivir sus últimos días y el fin de semana puede traer su caída. Cada día es mayor la presión interna y externa sobre el régimen. El viernes, día de oración y de protesta, ha tenido lugar una gran manifestación con decenas de miles de libios en la segunda ciudad más importante del país, Bengasi, que ya está en manos de los rebeldes. En ella, las personas han gritado consignas contra Gadafi y han pedido su marcha.
En otras ciudades, los soldados han cesado en su apoyo al Gobierno y se han pasado al bando de los rebeldes y sólo Trípoli, como baluarte del régimen, continúa en poder de las tropas leales. Pese a ello, continúa la represión en la ciudad y los mercenarios y militares patrullan y mantienen una fuerte presencia en los aledaños de las mezquitas para evitar protestas.
Mientras los fieles a Gadafi se atrincheran en la capital, los rebeldes se aproximan a Trípoli. Peor también los países extranjeros empiezan a actuar. Alemania e Italia han solicitado una misión de la ONU para que investigue qué está sucediendo en el país, e Italia ha anunciado que va a enviar una misión militar para rescatar a sus conciudadanos.
A la vez, España solicitará a la OTAN desplegar aviones de vigilancia y buques ante las costas libias para conocer qué pasa en el país. Aunque lo que sí se ha sabido es que España ha vendido armas a Libia por un total de siete millones de euros, según han afirmado algunas ONG, incumpliendo así la Ley de Comercio de Armas.
Lo que está claro es que este fin de semana puede ser decisivo para Libia, aunque después de oír las declaraciones de Gadafi, uno se puede temer lo peor.
Juan María Piñero
juanmaria@hispanidad.com