En casa del herrero de Justicia, no rige lo de cuchillo de palo

-El ministro, en cambio, se ha mostrado muy cicatero con el juez Ferrín a quien no concedió el indulto.

El Tribunal Supremo ha archivado dos denuncias presentadas contra Ruiz Gallardón. Una de ellas le acusaba de prevaricación por haber indultado al kamikaze de Alcira, cuya defensa ante los tribunales ostentaba el bufete donde trabajaba el hijo del ministro de Justicia, el despacho de abogados Uría y Menéndez. La otra denuncia, presentada también por el Partido Político Soberanir, "Soberanía de la Razón", guardaba relación con unas declaraciones sobre mendigos que hizo al diario Público.

Se le denunciaba en este caso por un posible delito de injurias contra las personas sin hogar y por instigar "a la discriminación de los mendigos por enfermedad o minusvalía".

En ambos casos, el alto tribunal no ha estimado que existieran motivos para encausar al ministro de Justicia, que debería instar a sus propios 'subordinados' a no tener ningún trato de favor con él para que los ciudadanos recuperen la fe en la Justicia, algo deteriorada cuando se producen situaciones como la  del juez Ferrín, en una situación económica gravísima después de que Ruiz Gallardón se negara a concederle el indulto. Y en el caso del juez, para quien Hispanidad ruega la colaboración de sus lectores, su único pecado fue actuar con arreglo a su conciencia y haber hecho lo que consideraba mejor para dos menores de edad.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com