Sr. Director:

Me refiero a su artículo de hoy acerca del sobre apalancamiento, que necesita como cómplice necesario un sistema de financiación bancario torpe y cortoplacista, es muy ilustrativo.

Sólo un dato. De 2000 a 2004 (mandato PP) el crédito promotor de la banca se multiplica por 3, lo que de por sí desvela un exceso, muy alto. Pero desde 2004 a 2008, esa cifra final se vuelve a multiplicar por 3. Es decir, en apenas 8 años ese factor de la ecuación se multiplica por 9, algo muy peligroso y que ha terminado por estallar. No necesitamos tener subprimes en España, tenemos algo distinto de origen pero igualmente letal, y en ecuación colocas el precio de los inmuebles sobre la renta disponible de Juan español, y ya tenemos la esquela preparada pendiente de poner la fecha.

Por ello soy pesimista, y veremos la madre de todas las crisis, pues somos ahora más vulnerables y menos soberanos que durante las últimas crisis pata negra, de 1973 y 1982.

Salidas hay, siempre las hay, pero habría que pagar un precio tan alto que dudo que nuestros dirigentes (unos y otros) estén dispuestos a pagarla.

Se nos llena la boca de palabras muy dignas (I D i) que no sabemos lo que realmente significan. Telefónica es la empresa española que más subvenciones recibe por esas mágicas letras, I D i, ¿realmente una empresa como esa, tan rentable, necesita esas subvenciones o está estimulada a acometer proyectos realmente de desarrollo de I D i?

Por otro lado, vicios estructurales del sistema. Los liberados sindicales de las empresas, que según creo significa que por cada 50 empleados hay un enlace gratis total; significa un coste del 2% fijo a las empresas de cualquier tipo. Y eso en un país con la menor militancia y pago de cuotas a sindicatos de Europa. Dudo que se atreva nadie a cortar tantos privilegios y a cerrar tantos pesebres como hay.

Pero, o somos totalmente honestos a la hora de plantear reformas (un ejemplo sería el papel de los procuradores, figura medieval que subsiste y encarece la justicia) o seguiremos masticando el mismo chicle de muchos años

Antonio Cánovas de Castillo

antoniocanovas@altairgestion.es