El ex consejero de empleo de la Junta de Andalucía, un superdotado del trabajo, empezó a hacerlo en una bodega el mismo día que nació
  Cuando uno escribe sobre la picaresca de la gente, normalmente suele hacer unos grandes artículos. No hay más que ver lo que ha escrito Alfonso Ussía para darse cuenta de ello. Y si además uno ha escuchado al vicepresidente Chaves en Televisión Española cómo niega que una comisión de investigación parlamentaria pueda servir para algo en relación a los falsos EREs de Andalucía, solo le queda echarse a reír o a llorar.
Los grandes genios de la literatura española han hablado de la picaresca, y un a prueba de ello es El lazarillo de Tormes, o Rinconete y Cortadillo, pero con el caso de los EREs andaluces, se podría crear una excelsa obra. El caso de Antonio Fernández, ex consejero de empleo de la Junta de Andalucía, es la obra culmen. Como consejero de Empleo, parece que sabía muy bien cómo manejarse en esas lides y no trabajar demasiado. Antes que cualquier superdotado, ya desde tierna infancia trabaja en una bodega desde el día de su nacimiento- y claro está, a ese ritmo, ya ha podido jubilarse. Será por eso que aseguró que no ha comentado nada sobre la reforma de las pensiones. Él ya tenía asegurada su pensión máxima. Con 60 años cotizados, cualquiera no lo logra.
Ojalá todas las empresas tuvieran esa capacidad para que los niños se sintieran parte de la compañía y sintieran los colores. Porque toda una vida al trabajo de una misma empresa es loable. Como decía Ussía en su artículo, lo que no se acaba de entender es que con su capacidad de trabajo, simplemente haya llegado a ser un simple consejero de Empleo, y no un líder mundial. Aunque claro, viendo dónde ha ido a parar el anterior ministro de Defensa alemán, se ve que en todas partes se cuecen habas.
En el entretanto, el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves, asegura que sólo 4 o 5 socialistas andaluces han hecho cosas raras. A ver si van a ser 405.  
Juan María Piñero
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