• Rajoy desprecia a los católicos y el PSOE llega al terrorismo informativo con tal de recuperar el poder.
  • El pueblo español ratifica su divorcio de los políticos. Pero no dramaticemos. Es una situación transitoria… para bien y para mal.
  • Y los políticos ratifican su cainismo: ni en este día dejan de lapidarse.
  • Y eso que a los españoles cada vez les preocupan menos sus peleas, así como sus debates y más sus corruptelas.
  • Muchas ausencias en la conmemoración del Texto. "Es lo habitual", asegura Soraya Sáenz de Santamaría. Sí, pero no lo normal.
  • Otrosí: la otra Soraya, la portavoz socialista, se ha convertido en la gran experta en judicializar la política.

Según el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en vídeo monclovita e institucional por el trigésimo quinto aniversario de la Constitución española, aprobado por referéndum un 6 de diciembre de 1978 constituye "los 35 mejores años de nuestra historia reciente". Hombre, presidente, considerando que tres décadas y media ya llenan una historia reciente, su actitud ante la efeméride recuerda aquello de tú eres mi mejor lector y el único.

Lo cierto es que el divorcio -en fino: desafección- de los españoles con su clase  política ha terminado en que el presente aniversario haya sido el más deslucido de los que el cronista recuerda. Según la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, es lo normal durante los últimos años. Bueno no, no es lo normal, es lo habitual pero, aún así, el desprecio va subiendo de tono y de actitud.

El PP no quiere abrir el melón del cambio constitucional y no me extraña. Pero el PP no sabe ganar, así que es incapaz de buscar apoyos en, por ejemplo, el electorado católico, que está de su chantaje permanente hasta las narices. Muchos cristianos, es verdad, votan a lo Indro Montanelli: "tapaos la nariz y votad PP". Pero otros están buscando alternativa al PP, cuya política es un insulto a la defensa de la vida y de la familia, al bien común y a la Doctrina Social de la Iglesia… para abrir boca.

Y si el PP no sabe ganar los socialistas no saben perder. El PSOE fuera del poder rabia y brama, y es capaz de llegar al terrorismo informativo por la doble vía de la manipulación dialéctica y por la judicialización de la vida pública. Esta última está clara: el diario ABC le ha sacado las cuentas: la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, es quien más visita la sede del Tribunal Constitucional en la madrileña calle de Doménico Scarlatti. ¿Acaso pueden resultar anticonstitucionales todas las leyes que no le gustan al PSOE ¿Nada menos que anticonstitucionales

La segunda manifestación del terrorismo de la izquierda, tanto PSOE como IU, consiste en calificar al adversario de fascista. Así, sin más. Saben que es mentira pero no les importa mentir.

Al tiempo, socialistas y comunistas alientan al magma antisistema. Es una actitud suicida, porque cuando recuperen el poder tendrán dos opciones: combatir a los antisistema o repetir el Zapaterismo, algo que no desean ni los socialistas más necios.

En definitiva, los políticos españoles son como el conjunto de los españoles: cainitas. Siempre están en permanente guerra civil. Y son más cainitas a medida que se alejan de aquello que unió a España, que no es otra cosa que sus esencias cristianas.

Buena prueba de este cainismo es que a la ciudadanía no le preocupan las trifulcas entre políticos, por más que las dos sorayas no se han enterado. Le preocupa más sus corruptelas y poco les importa impartir penas a la derecha y a la izquierda.

Pero tampoco dramaticemos demasiado este divorcio entre el poder y el pueblo. No merece la pena, porque es algo transitorio Al final, se necesitan políticos, aunque sean de tan baja calidad como la mayoría de los europeos de ahora mismo. Lo preocupante de España, lo que, además, le distingue de Europa, es que, con despolitización o sin ella, perviva el cainismo. Bueno, y la descristianización. Pero éste es problema mucho más profundo… aún.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com