Ha sido su primera rendición de cuentas anuales ante la prensa como presidente ejecutivo del Banco Popular, que alguna importancia tiene, dado que continúa siendo el más rentable del país. Para que quedara bien claro, Ángel Ron advirtió que el primer objetivo de los gestores del banco continúa siendo preservar la independencia de la entidad. Para que quedara aún más clarito, Ron recuerda que el Banco popular sí tiene núcleo duro, o para dejarlo todavía más claro, su Consejo de Administración controla más de un 30% de la compañía, lo que le hace prácticamente invulnerable a una operación hostil.

Pero hay algo más. Ron recuerda que el Popular es el único banco español que lleva creciendo ininterrumpidamente desde hace cinco años, a razón de 12.000 millones de euros por año, unos 2 billones de las antiguas pesetas. Es decir, que crecemos cada año más que algunas adquisiciones realizadas. Naturalmente, Ron no citó nombres, pero todo el mundo estaba pensando en La Caixa y el Banco de Sabadell. A estas dos entidades catalanas siempre les ha encantado el Banco Popular, especialmente por su presencia en Portugal. Naturalmente, si La Caixa y el Sabadell proponen un matrimonio con el Popular, se encontrarán con la negativa rotunda.

Por otra parte, y aunque con bellas palabras, el nuevo presidente ejecutivo del Popular apoyó al BBVA en su pugna con Sacyr. No lo hizo explícitamente, pero sí recordó lo mucho que ellos respetan a los directivos de la competencia, los magníficos resultados obtenidos por BBVA, la necesaria estabilidad del sistema bancario y la conveniencia de un entendimiento entre los accionistas y el equipo directivo. Y aunque nadie logró sacarle unas palabras más claras, verde y con asas.

Y tampoco muy claro, aunque bastante inteligible, fue su crítica a la intención del Gobierno de reducir o anular las desgravaciones fiscales por compra de vivienda y por planes de pensiones. Otra vez Ron invocó la palabra mágica: estabilidad.

Respecto a los resultados, hay que decir que, una vez más, el Banco Popular presenta la cuenta más equilibrada de todas. Durante 2004, el margen de intermediación creció un 8%. Si le añadimos los ingresos por comisiones, el incremento es del 8,5%. Pero es que el resto de los márgenes presenta un crecimiento igualmente equilibrado : el margen ordinario creció un 8,7% y el margen de explotación un 9,8%. Y lo más importante, el Popular obtuvo 1.292 millones de euros de beneficio bruto, un 7,2% más que en el ejercicio precedente.

En otras palabras, no estamos ante una cuenta de resultados con un margen financiero del 4% frente a un beneficio del 25%, una diferencia que sólo se consigue a costa de reducir plantilla, reducir negocio, reducir provisiones o vender activos. Si lo quieren más concreto: cuando los dos grandes bancos, SCH y BBVA, presenten un margen de explotación del 10% y un beneficio similar, podremos decir que la banca española ha superado la siempre escondida crisis de los años 2002 y 2003 y que ha aprendido, por fin, a ganar dinero en época de tipos bajos.
 
Por otra parte, el crédito crece en el Popular al 19% y los depósitos al 23%. Precisamente, ésta es la única pega que se le puede objetar a las cuentas de 2004: el Popu tiene, bajo la Presidencia de Ron, un problema de crecimiento. Así, la rentabilidad sobre activos (ROA), así como rentabilidad sobre recursos propios (ROE), se ha reducido en 2004, incluso de forma un tanto significativa. Nada preocupante, dado que se trata de rentabilidades muy superiores a la de sus competidores, pero, en cualquier caso, es un punto negativo.