• Se incrementan los impagados fallidos del banco de FG hasta un total de 24.400 millones de euros.
  • Y el BBVA no recupera el pulso del negocio bancario.
  • El beneficio cae porque ya no hay extraordinarios.
  • Lo bueno: toca a su fin el reto de las cláusulas suelo, y, sobre todo, comienza a crecer el margen de intermediación.
  • Y la crisis de los tipos de interés empieza a reconducirse.
  • Eso sí, los créditos concedidos apenas suben el 1,1%: una nimiedad.

Eufóricos están en el BBVA de Francisco González, con las notas recibidas en los test de estrés, realizados por el BCE y conocidas hace pocos días: un 8,97% para el escenario adverso y 10,2% para el escenario base. Probablemente estén eufóricos, no tanto por la bondad de las calificaciones, que están dentro de lo que cabe esperar de un banco de su categoría, si no por estar en una situación ligeramente mejor que la de un gigante como es el Banco Santander, su gran competidor.

Pero estas euforias debieran matizarse a la hora de evaluar los resultados del tercer trimestre que hoy miércoles se han presentado. Cierto es que parece que se empieza a confirmar la tendencia de que se está superando la "crisis de los tipos de interés" que hace dos años pilló con el paso cambiado a la mayoría de las entidades de crédito, con unos tipos de pasivos muy altos en plena batalla comercial y unos tipos en los créditos referenciados al Euribor en continua bajada por la coyuntura económica. Así, BBVA continúa creciendo en su margen de intereses en un 15,7% respecto a 2013, es decir, 4.886 millones de euros y parecen superados los problemas habidos con la anulación de las cláusulas suelo que presentó en ejercicios anteriores.

No se puede decir lo mismo del resultado, 1.929M€, un 37,3% menos que en igual periodo de 2013, y es que en el momento que no se hace valer la reserva de los extraordinarios, la cuenta de resultados resulta menos espectacular. En concreto, en el mismo periodo de 2013, los extraordinarios aportaron al resultado de BBVA 2.068M€, ya que sin ellos el resultado hubiese sido negativo.

La situación de los activos de clientes continúa, a pesar de las ligeras mejoras, acusando el efecto Catalunya Caixa, con una morosidad del 6,1% (4,3% sin tener en cuenta la actividad inmobiliaria), las entradas en dudosos han disminuido en unos 4.665M€ pues en 2013 se produce la entrada de la cartera de Catalunya Caixa, pero han bajado las recuperaciones y se han incrementado en 480M€ los impagados fallidos, quedando al final del periodo un saldo de 24.405M€, cifra respetable para la entidad.

Hay una cifra que puede preocupar, no solo a nivel entidad, si no a nivel económico general, es el crecimiento de los créditos concedidos, que ha sido ligero en estos nueve meses de un 1,11% en el total de la entidad, pero lo más preocupante es que en lo referente al negocio en España la cifra decrece en un 5,6%, si el resto de entidades confirma esta tendencia, tenemos un problema grave que sigue sin solucionarse, que no es otro que la financiación de la economía "real".

Los resultados por áreas geográficas de negocio continúan marcados por la débil aportación de los negocios en España, que representa un 12,33% en su aportación al resultado, cifra lastrada por los 844M€ de pérdida en la actividad inmobiliaria, salvan la cuenta de resultados, como ya lo vienen haciendo desde que comenzó la crisis bancaria. México con una aportación de 1.349M€ y América de Sur con 755M€. Está siendo tan importante la diversificación geográfica del negocio en las entidades de crédito en estos difíciles momentos que, las que no tienen estas redes externas como las cajas reconvertidas en bancos (Caixabank, etc) están acelerando sus proyectos de expansión exterior.

Todo, también las buenas notas obtenidas en los controles de BCE, se ve que a BBVA le queda un trecho difícil y de sacrificios para poder recuperar plenamente el pulso del negocio, pues está claro que vive el virus de la reconversión en su variante Catalunya Caixa que, a pesar de las ayudas públicas recibidas, marcan de una forma dura las cifras de negocio, sobre todo cuando se trata de digerir una fusión con una entidad importante tan llena de problemas de gestión.   

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com