Sr. Director:
El mundo de la inmediatez que Internet ha consolidado como herramienta informativa y de gestión, ha facilitado el acceso de los jóvenes a contenidos inadecuados.

El intercambio de datos personales, fotos o incluso de pornografía están a la orden del día, dada la falta de filtros previsores por parte de los padres. La norteamericana Mary B. Bonacci, fundadora de la institución Real Love, afirma que la pornografía desemboca en la masturbación y en la adicción al sexo. Actitudes éstas que ultrajan a la mujer a la que se viola mentalmente, incapacitan para el amor real y crean conflictos matrimoniales, pues en un sexo egoísta no cabe la donación. Según el FBI, en EEUU cada año más de mil jóvenes se suicidan después de haber caído en el consumo compulsivo de pornografía. Penalicemos a los jóvenes que fuman, beben, engordan o corren demasiado con sus vehículos, pero dejemos que se suiciden a placer después de haberse degradado hasta límites que ni ellos mismos soportan.

Pili S Montalbán

monpili2@gmail.com