El presidente americano en funciones alaba la conducta de McCain durante la campaña electoral. Además, Pedro J. Piqueras imagina un mundo mejor con Zapatero en el poder, aunque todo se queda en agua de borrajas.

Sr. Director:

"El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado."

Con estas palabras, pronunciadas en su primer discurso como futuro Presidente de América, agradecía Obama el esfuerzo realizado por MacCain antes y durante la campaña electoral, sin duda, todo un ejemplo de elegancia.

Escuchando estas palabras tuve un sueño, me imaginé que a nuestros políticos les movían  intereses parecidos a los mostrados por los dos aspirantes a la Casa Blanca, que tanto uno como otro han luchado larga y duramente por el país que aman. En mi sueño veía y me decía: Dios quiera que  algún día en España veamos a una clase política así, con una sola bandera, con una idea básica y válida, los intereses y defensa de todos españoles. Más adelante, Obama decía en su discurso:

"En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo".

Mientras tanto aquí, seguimos reeditando las dos Españas, unos quieren desenterrar a los muertos de la Guerra Civil Española, otros que se pida perdón a no sé quién, otros con otros cuentos, etc. Buscan, como ya dijo Machado: "Españolito que vienes al mundo. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón..." Y, el sueño me llevo a  ver y oír a nuestro Presidente decir: "Que bendiga Dios a España".

El futuro Presidente de EE.UU. finalizo el discurso diciendo "Dios bendiga a los  Estados Unidos de América.", pero claro, se refiere a los Estados Unidos y no a los desunidos como pasa en España. ¡Lástima que todo era un sueño! ¡Qué pena!

Pedro J. Piqueras Ibáñez

pjpiqueras@gmail.com