Fue el discurso más comentado de la Convención de Directivos: el pronunciado por el presidente de Telefónica, César Alierta ante la Convención de Directivos de la Compañía. Por vez primera, Alierta habló de cuestiones tales como la conciliación de la vida profesional o familiar, algo que dejó atónitos a quienes le escuchaban, acostumbrado a su carácter frío y a sus discursos técnicos y de tintes financieros, casi gélidos.

Por cierto, Alierta tuvo que decidir en qué idioma se dirigía a los asistentes. El asunto tenía su miga, dado que entre 1.300 directivos, se encontraban 300 delegados de O2, la filial inglesa, responsable del crecimiento de la firma en Europa. Al final, se decidió por el castellano, para dejar claro que Telefónica es la primera empresa por número de clientes en el mundo (después de las compañías chinas, se entiende), pero su sede está en Madrid.

Y hablando de O2, su presidente, Peter Erskine, se convirtió en el héroe del día, al pronunciar la alocución más divertida de todas. De repente, se volvió hacia el público y le espetó: No tenéis ni la menor idea de en qué compañía estáis. Si fuerais Deustche Telekom, escucharíais al presidente decir que no le salen las cuentas. Si estuvierais en Vodafone, veríais al presidente muy contento porque seguía una semana más en el cargo. Si estuvierais en France Tlecom oiríais al presidente exclamar que este trimestre no habría profit warning. Y si trabajarais en Telecom Italia, podríais ver al presidente dar saltos de alegría porque esta semana no había cambiado el plan estratégico.

En cualquier caso, la silente se prohibió la entrada a los periodistas- Convención de Directivos de Telefónica le ha servido a Alierta para algo esencial: que sus directivos se conozcan, que no es poco.