Sr. Director:
La celebración de los Juegos Olímpicos, más ahora que están acabando las de los paralímpicos, debe ser una oportunidad para que los valores que acompañan toda práctica deportiva estén presentes en la sociedad española.

No hace falta más que observar la historia de la humanidad, desde las primeras Olimpiadas, para descubrir que la educación para el deporte, su práctica común y su presencia en la vida de los más jóvenes, siempre ha sido un complemento adecuado para la mejor preparación de las nuevas generaciones.

Las virtudes que hacen posible el esfuerzo, la generosidad, la solidaridad con el equipo, contribuyen decisivamente a la formación integral, humana y cristiana, de la persona. Algo que olvidamos con excesiva facilidad una vez acaban estos juegos.

Jaume Catalán Díaz