Se niegan a segregar sus monopolios gasero (E.ON) y nuclear (EDF-Areva)

El mismo día en que Bruselas insiste en que el Gobierno español retire cualquier condición –ya de por sí mínimas- a la compra de Endesa por ENEL y Acciona, se confirmaba que París y Berlín retan con la mayor desfachatez al mismo Ejecutivo comunitario: no desmantelarán sus monopolios de hecho; ni los alemanes el monopolio gasero que tienen con E.ON, pieza clave para la entrada del gas ruso en Europa occidental, ni los franceses el monopolio nuclear de EDF-AREVAA, dos empresa públicas Nicolás Sarkozy se empeña en fusionar.

El caso francés es muy singular, porque aseguró por ley el carácter gubernamental de su monopolio nuclear (es la segunda potencia de energía nuclear pacífica del mundo, tras Estados Unidos, la primera en términos relativos en su mix de energía), por ley de 2004, con una norma por la que se especifica que el Estado nunca reducirá su participación en EDF por debajo del 70%.

La Comisión Europa se atreve con el Gobierno español, tanto en energía como en telecomunicaciones o en alimentación, pero no con Alemania y Francia. El eje París-Berlín sigue imponiéndose en los 27 países de la UE.