El yernísimo continúa trabajando para su amigo Silvio Berlusconi. No es ningún secreto que la petrolera ENI y la eléctrica ENEL, ambas controladas por el Gobierno italiano, quieren conquistar el sector eléctrico español. La guerra entre ACS y los socios gallegos de Fenosa, posibilita las opciones de Agag. Actualmente, ENI posee el 50% de Unión Fenosa Gas. Indirectamente, el asunto afecta a La Caixa

Independientemente de quién sea el presidente de Unión Fenosa, lo cierto es que a Florentino Pérez le está costando mucho convencer a los socios gallegos de que el porcentaje de referencia un 22%- implica mando sobre la compañía. Al presidente de ACS y del Real Madrid le cuesta, sobre todo, convencer al número uno de Caixa Galicia, José Luis Méndez, propietario de casi un 10% del capital.

Y por si fuera poco, Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, se ha cruzado, una vez más, en el camino de una operación española. Lo hizo con Bami-Metrovacesa y lo hizo con otra operación de enjundia: el mecenazgo de Fernando Alonso, campeón del mundo de Fórmula 1. Ahora, Agag ha irrumpido en la escena para solicitar a Florentino Pérez una opción de futuro para la petrolera pública italiana ENI, el mayor suministrador de gas de Europa. Como siempre, el yernísimo trabaja para los italianos. Silvio Berlusconi todavía no ha olvidado que fue el entonces secretario general Alejandro Agag quien le introdujo en el Partido Popular europeo, donde la mayoría de las formaciones democristianas no querían saber nada de un Berlusconi aliado con los chiflados de la Padania y con los neofascistas.

Así que, apadrinado por Aznar, el yernísimo se dedica cobrar comisiones, convenientemente reforzado en España por Ernesto Sáenz de Buruaga.

ENI posee el 50% de Unión Fenosa Gas, filiales clave en el futuro de Unión Fenosa. ENI; además, ha sido siempre una empresa pública, participada por el Estado italiano en más de un 30%, pero mucho más independiente del Ejecutivo de Roma que la eléctrica ENEL. Belusconi siempre ha deseado que ENI y ENEL se fusionaran y crear el gran gigante italiano de la energía. Sin embargo, el prestigio de Vittorio Mincatto, consejero delegado de ENI, era demasiado para él. Por fin, el primer ministro logró que Mincatto fuera sustituido, precisamente por el presidente de la más dócil ENEL, Paolo Scaroni y el sueño de la gran fusión ha vuelto a resurgir. Y el problema para que ENI absorba a Fenosa no es económico (en un año el cash flow de ENI puede alcanzar la capitalización de Fenosa), sino político. Al final, Botín no ha vendido a un extranjero o a fondos de inversión porque ha logrado que ACS le pagara el precio que él consideraba: 33 euros por acción. A partir de esa cifra ENI no tendría ningún inconveniente en proporcionarle a Florentino Pérez una plusvalía mayor. Y el conjunto de ENI-ENEL, no digamos. El yernísimo, a quien ya se acusó de vendepatrias, ataca de nuevo.

Al fondo, está La Caixa, socio de Florentino en Abertis, a quien no le conviene nada, lo que se dice nada, que los italianos se hagan con Fenosa. Entre otras cosas, porque si Gas Natural no consigue hacerse con Endesa, a lo mejor tiene que conformarse con Fenosa.

Por lo que respecta al Consejo de Administración de Fenosa, que comenzará dos horas después de la emisión de Hispanidad (17,30 horas del jueves) todo parece atado y bien atado. Una vez que José Luis Méndez no ha conseguido hacerse con la Presidencia de Fenosa, no sólo porque se negara Florentino Pérez, sino los otros socios gallegos, especialmente Caixanova, el presidente será Pedro López Jiménez, eso sí, con Honorato López-Isla como presidente y consejero delegado.

Al final, el mapa energético español continúa abierto.