Sr. Director:

Pensar en esto, y asumirlo puede hacer la vida algo más alegre y más realista. Aceptaremos sin quejarnos que en enero haga frío y en agosto un calor insoportable, esto nos hará apreciar más lo agradable de un café calentito o de un helado de chocolate.

Ese encanto de cada mes puede ser diferente para cada persona y eso es lo bonito. Para mí, mayo y octubre son los meses preferidos. Mayo es brillante, florido y hermoso como dice el dicho popular. Octubre es humilde y problemático, empieza la vida con otro horario mas rígido que nos hace recordar el verano con nostalgia. Pero no los prefiero por eso.

Me gustan porque cada uno a su manera me recuerda a la Virgen. Mayo dedicado a ella, flor de las flores y octubre dedicado al Rosario, esa devoción mariana tan antigua y tan nueva. En la edad media se saludaba a Maria la madre de Dios con el nombre de rosa. Se adornaban sus imágenes con coronas de rosas, que en latín medieval se llamaban rosarium y se consideraba su vida, los acontecimientos que vivió, como un conjunto de rosas blancas y rojas. Blancas de pureza y rojas de amor y dolor.

San Bernardo que fue un enamorado de la Virgen dijo de Ella "es una rosa de nieve y sangre". Cuando la leo siempre me acuerdo de nuestra Virgen de Zamarrilla, rosa malagueña de sangre y nieve que siempre da cariño y consuelo a quién acude a Ella.

En los tiempos que corren no está muy de moda escribir de estos temas, pero, yo como persona libre y con todos los derechos, amparándome lo hago así. No siempre vamos a escribir de la crisis o de la caída de la bolsa. Vamos a sacarle partido a cada mes del año y procuremos, durante el no hacer daño a nadie y escuchar con respeto a quién no piensa como tu pero no es menos que tu, es simplemente lo más importante que se puede en este maravilloso mundo nuestro, un hombre.

Piedad Sánchez de la Fuente

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