Sr. Director:
Dicen los nacionalistas catalanes que el galimatías de los pinganillos en el Senado es para visualizar la pluralidad lingüística.

 

El problema es que son muy poco coherentes porque en Cataluña también nos gustaría visualizar esa maravillosa pluralidad lingüística pero no podemos. Cualquiera puede comprobar que en las oficinas e instituciones de la Generalitat nunca hay información, impresos o carteles en las dos lenguas oficiales sino que se utiliza única y exclusivamente una de ellas.

Es un ejercicio de hipocresía que los nacionalistas vayan a Madrid a exigir pluralidad lingüística mientras en las administraciones donde gobiernan nos imponen a los ciudadanos un absoluto monolingüismo.

Carmen B. Fernández