Sí, todavía creo en el liberalismo, pero añoro aquellos felices tiempos en que también creía en los liberales. La frase es de Chesterton. Miembro del partido Liberal inglés y creador de la Liga Distributista (defensa de la pequeña propiedad privada y refutación tanto del capitalismo como del socialismo). Me ha venido a la cabeza tras enterarme de la muerte de Rafael Termes, un liberal por los cuatro costados. Tan liberal era don Rafael que se lo ponía difícil a los liberales. Ningún crítico tan duro de la gestión privada como él, precisamente porque amaba la gestión privada y desconfiaba del Estado.

Lo que ocurre es que liberales como Termes quedan pocos, muy pocos.

¿Que es liberalismo? ¿Igualdad de oportunidades de todos ante la ley? Entonces yo soy liberal. ¿Qué es liberalismo? ¿Libertad de iniciativa? Entonces yo soy liberal.

Ahora bien, ¿qué es el liberalismo? ¿La libertad de introducir la zorra en el gallinero, de que el dinero acumulado, probablemente por terceros, se convierta en el ariete para que la gran empresa devore al pequeño propietario, encarezca los servicios básicos, precarice el empleo y convierta a los mercados en una especulación permanente? Entonces a mí que me borren.

¿Qué es el liberalismo? ¿Levantamiento de fronteras en un mundo globalizado? Sí, me apunto, pero de todas las fronteras, también de las fronteras a los trabajadores, a los seres humanos. De otra forma nos encontraremos con lo que ya tenemos: los países pobres compiten con los ricos pagando salarios de hambre a sus trabajadores y los países ricos compiten con los pobres subvencionando sus productos y condenando al hambre al agricultor del Tercer Mundo.

¿Qué es liberalismo? Que el mercado fije precios y salarios? Sí, me apunto, siempre que las situaciones constantes de oligopolio no terminen con algunas salvaguardas, especialmente la del salario mínimo y la de unas mínimas condiciones laborales, y ambas cosas exigen la intervención del Estado o de la sociedad.

En definitiva, me da la impresión de que el liberalismo es un horizonte teórico perpetuamente fallido, en especial porque hay liberales que confunden el liberalismo con su liberalismo, y a los que la raíz liberal preocupa menos que el capitalismo, que no es más que el poder del dinero, es decir, que muchos liberales confunden liberalismo con plutocracia. Chesterton afirmaba que lo importante no era la pugna de lo público con  lo privado que es como casi siempre se plantea el debate- sino la pugna entre lo grande y lo pequeño, porque, según su famosa frase: ¿Qué más me da que todas las tierras de mi condado sean estatales o que pertenezcan al duque de Wellington?. Y también el capitalismo es la negación de la propiedad privada, de la misma forma que el que nuestras mujeres estuvieran en un harén del Duque sería la negación del matrimonio. Por eso, Chesterton pregonaba los tres acres y una vaca, la pequeña propiedad privada, la propiedad distribuida: a eso le llamaba liberalismo.

En cualquier caso, si hablamos de liberales como Termes, pobres, austeros y ferozmente responsables, también cuando fue consejero delegado del Popular o presidente de la patronal bancaria AEB, a ese liberalismo también me apunto yo.

 

Eulogio López