Europa rectifica pero muy despacio. O restaura la propiedad privada y eleva su natalidad o fenecerá. ETA vota PSOE… pero podría entenderse con el PP. Doña Letizia: deme la verdad y el rigor llegará por añadidura. ¿Y éstos son los que forman a nuestros hijos?

Más allá de la tragedia griega y de las cuentas amañadas del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, sobre lo que nos va a costar la solemne chorrada de convertir a las cajas de ahorros en bancos, la noticia de la semana es que el presidente de la Comisión Europa, Durao Barroso, se ha lanzado, al parecer definitivamente, a implantar en Europa la conocida como Tasa Tobin, o impuesto sobre las transacciones financieras. 

El ya fallecido James Tobin propuso, veinte años atrás, un impuesto mundial sobre el mercado de divisas, el más especulativo de todos. Y con el que se explica muy bien qué es eso de la especulación. Lo digo porque todos aquellos capitalistas que se dicen liberales. Y no, no es lo mismo.

¿En qué se diferencian liberalismo y capitalismo? Pues en que el liberal propone la propiedad privada -derecho humano inalienable, fuente de libertad- mientras que al capitalista le preocupa la empresa privada, especialmente la gran empresa privada, que se alimenta de los mercados financieros. La distinción entre ambos la estableció, de forma tan brillante como definitiva, el amigo Chesterton: "Un carterista puede ser un gran defensor de la empresa privada, pero nunca se le podrá considerar un defensor de la propiedad privada". Punto y final.

Ahora demos un paso más. El mercado de divisas, como el resto de los mercados financieros, nació con un objetivo para ayudar al bien común: se trataba de que hubiera alguien, los bancos, que tuvieran siempre a mano divisa para ofrecer al exportador-importador, al turista o al desplazado por los motivos que sean, generalmente trabajo. Pero pronto la necesidad se hizo función y cargo –los cambistas- y entonces se desarrolló el especulativo mercado de divisas, sin otro objetivo que el de lograr una comisión en el canje, aprovechándose de la posición de monopolio que rige los mercados financieros, donde quien no ha acumulado enormes sumas de dinero –dinero de los demás, se entiende- queda excluido. Total: que se pervirtió el objetivo inicial, impregnado de justicia social y, a la postre, se encareció la consecución de divisas para desplazados, importadores o turistas.

Eso es especulación y lo que pedía Tobin era que se combatiera con un impuesto mundial sobre transacciones de divisas.

Lo que ahora propone Durao Barroso no es exactamente eso pero se le parece. Se trata de un impuesto sobre las transacciones financieras especulativas, aunque no ha concretado de qué transacciones habla, lo que ha dado lugar a que despistados como Rubalcaba lo traduzcan como un impuesto sobre los depósitos bancarios.

Digo despistado porque su propuesta demuestra que no ha entendido a Tobin, porque los bancos y los mercados financieros realizan actividades útiles para el bien común y otras perniciosas, es decir, las especulativas. La gestión de depósitos forma parte del primer capítulo. Facilita enormemente la vida de los ciudadanos y permite el multiplicador bancario para invertir. Es decir, es algo bueno. Por el contrario, las operaciones de capital-riesgo, de titulización de activos, de venta a corto son actividades malas. No hay que gravar las buenas, las que colaboran al bien común, sino las malas.

James Tobin tuvo una idea eminentemente cristiana, es decir, una idea que mira al bien común. Sí, sé que propuso un impuesto y que la doctrina social de la Iglesia se guía por el principio de subsidiariedad: lo que pueda hacer el individuo que no lo haga el Estado, porque el Estado siempre es Leviatán, más por su dimensión que por su naturaleza. Pero la crisis actual es una crisis de especulación codiciosa. Por tanto, no se me ocurre otro medio para ponerle coto al especulador que freírle a impuestos. Eso sí, Durao Barroso tiene que concretar, no solo importan los impuestos sino también las actividades objeto de tributo.

¿Basta la Tasa Tobin para sacar de la crisis a Europa? No.

Otras dos lecciones que la UE va aprendiendo: tiene que dejar quebrar a los quebrados, los bancos quebrados y a las deudas soberanas quebradas. La Europa del siglo XXI tiene que retrotraerse hasta antes del Tratado de Maastricht, primeros años noventa, cuando lo que importaba no era permitir a Grecia pagar una deuda que no puede pagar, sino transferir fondos, no capacidad de crédito, desde los países ricos a los pobres a través de un Presupuesto común. Observará usted, lector, que cuando hoy hablamos de la unión monetaria sólo nos referimos a los planes de rescate, en lugar de estar pendientes, como estábamos antes del presupuesto común para levantar zonas decaídas de la Unión. Esa era la Europa solidaria, la Europa de los padres fundadores, a la que hay que volver.

Segundo objetivo: lo pequeño debe primar sobre lo grande. En esta historia de un continente en crisis, Europa no sólo debe volver al Presupuesto Común sino también a la pequeña propiedad. O la Unión empieza a ponérselo fácil a los pequeños propietarios, al pequeño agricultor y ganadero, al pequeño profesional, a la micropyme, o el Estado del Bienestar y la cuentas públicas no aguantarán. El Partido Popular celebra en Valencia una conferencia sobre pymes, pero si se queda en una rebaja de cinco puntos en las costas no servirá para mucho. Además, el pequeño propietario no debe pagar nada en impuestos sobre beneficios. No se apuren: si una pequeña empresa obtiene mucho excedente se le gravará a sus propietarios con el IRPF y, cuando gaste lo ganado con el IVA. Y si su empresa crece, entonces ya se le aplicará el impuesto de sucesiones de los grandes.

No olvidemos que sólo fomentando la pequeña propiedad y la microempresa se aumentará la competitividad. El autónomo es el trabajador más productivo porque trabaja para él mismo. La gran empresa –que es necesaria, no lo niego, en un mundo globalizado- sólo trabaja para el accionista, es decir, el rentista y es muy ineficaz porque es privada o pública, trabaja con el dinero de lo demás. Además, la verdadera propiedad privada nunca es fiduciaria.

Por último, Europa se muere por el progresivo envejecimiento poblacional. El Estado del Bienestar no sobrevivirá sin nuevos europeos. Por tanto, hay que imponer el salario maternal: que toda Madre que tenga un hijo reciba el salario mínimo durante su crianza. Europa necesita europeos, o será colonizada y, sobre todo, diluída.

ETA vota PSOE… pero podría entenderse con el PP

La semana termina con la noticia de que EKIN se autodisuelve. Esto recuerda aquello de que periodismo es contar que Lord Halifax ha muerto a un lector que no sabía que Lord Halifax vivía. En efecto, sólo los especialistas sabían de la existencia de EKIN por la sencilla razón de que EKIN era el brazo político de ETA y unos terroristas no necesitan brazo político porque no se dedican a hacer política, sino a asesinar

Lo que sí necesitan los asesinos con vindicación política pendiente es un aparato de propaganda inserto en las instituciones políticas, pero eso es Batasuna, Sortu, Bildu,…

En cualquier caso, lo que está claro es que ETA teme la llegada de la derecha al poder. ETA vota PSOE porque sabe que al PSOE le puede sacar más que al PP. Y no porque los gobiernos socialistas no hayan luchado contra el terrorismo tanto o más que el PP, que lo han hecho, sino porque Rubalcaba está empeñado en lograr la pacificación de Euskadi antes de las elecciones. Naturalmente es una falsa paz y una estafa de pacificación pero eso es lo de menos: anunciar el fin del terrorismo antes del 20-N es una baza electoral importante. Naturalmente, don Alfredo no está dispuesto a esperar a que los terroristas se arrepientan de sus crímenes.

Pero se puede vender bien esta falsa paz porque el nacionalismo vasco se está catalanizando. Se han dado cuenta de que asesinando no van a lograr otra cosa que vivir en la clandestinidad. Sin embargo, utilizando los crímenes del pasado como amenaza pueden obtener más cuota de poder que es lo que pretenden. Es definitiva, digo que los nacionalistas vascos se están catalanizando porque han descubierto que la participación política da mejores resultados que el tiro en la nuca. Lo diré de otra forma: CIU es más independentista que el PNV pero CIU utiliza medios pacíficos para lograr su objetivo y reprueba a sus compañeros de viaje con tentaciones violentas.

Y ojo porque el problema es que ETA vota PSOE pero Mariano Rajoy está dando pasos para llegar a una paz, aunque sea una paz falsa en el país Vasco. La actitud de los populares en el Caso Faisán resulta sintomática.

Doña Letizia: deme la verdad y el rigor llegará por añadidura

SAR doña Letizia Ortíz Rocasolano, fue la estrella del seminario celebrado en Rioja sobre el periodismo y el lenguaje políticamente correcto, con una intervención en la que solicitó rigor a la prensa, rigor y respeto.  

Y el asunto resulta preocupante porque si hay algo políticamente correcto, y por tanto falso, en el periodismo actual es la solicitud de rigor. Es la historia misma del mundo mediático actual, controlado por unos poderes que exigen rigor para ocultar la verdad.

Que no Alteza, que no, que lo precisa el periodista no es ser riguroso sino sincero. El rigor es lo único que queda cundo se renuncia a la verdad, quizás porque no se cree en la verdad. Es como comerse las cáscaras y tirar la pulpa de la naranja.

Lo políticamente correcto llega, cuando, desterrada la verdad nos quedamos con el rigor. Eso es cando, desterrada la justicia nos quedamos con la legalidad. Cundo desterrado el derecho, nos quedamos con el dictamen de la mayoría, cuando desterrada la caridad nos quedamos con la filantropía y cuando desterrado el bien nos quedamos con las buenas intenciones.

Si el periodista busca la verdad, doña Letizia, el rigor vendrá por añadidura. Pero si busca el rigor corre el peligro de caer en la hipocresía de ser muy exactos y poco sincero.

La exigencia de rigor es siempre la que formula el poderoso al periodista para limitar su libertad para que repita –rigurosamente, sin faltar una coma- sus comunicados oficiales.

La verdad hace libre al periodista -y a todo quisqui-, mientras el rigor le permite pasar por ser un buen profesional aunque sabe que está repitiendo las mentiras del poderoso, incluyendo entre los poderosos al más peligroso de todos: el editor.

De hecho, su segunda petición Alteza, la del respeto, es la que siempre exige el poder para censura cualquier investigación sobre su prepotencia. Hoy al periodista no hay que pedirle respeto sino impertinencia ante un poder que controla como jamás ha controlado en la historia, lo que se dice en los medios tradicionales.

¿Y éstos son los que forman a nuestros hijos?

No será la delegada del Gobierno Zapatero en Madrid quien paralice la huelga de profesores de la enseñanza pública. Ni mucho menos. Antes al contrario, les permite, en plena hora punta de vuelta del trabajo, en jueves laboral, copar la cruz arterial de la capital, que para eso es una huelga a beneficio del candidato Rubalcaba. Todo Madrid convertido en un fenomenal atasco para defender "nuestros derechos".

Sus derechos consisten en que en lugar de impartir 18 horas de clase a la semana les quieren obligar, cuánta perfidia a impartir 20. Hablamos de profes de la pública, claro está, a los que las tutorías y el seguimiento de los alumnos importan tanto como a un político los bajos salarios. Es decir, que sus horas de trabajo lectivo casi coinciden con el conjunto de su horario laboral. Si les hubieran rebajado el sueldo comprendería su protesta, aunque los profes de la privada cobran menos que ellos y no protestan. Pero por exigirles trabajar un poco más…

Dan clase a los hijos de los padres que no pueden llevarles a escuela privada y si compitieran en un mercado libre estarían en el paro. El secreto de esta historia: que los funcionarios son un poco vagos. Para la inmensa mayoría de ellos, con todas las excepciones que se quieran y que gustoso concedo, la enseñanza es una profesión, cuando la educación es una vocación o sencillamente no es nada. ¿Y éstos son los que están formando a nuestros hijos?

Pero hay más. Esta historia de crisis tiene su moraleja. Porque la fórmula que los ricos pretenden es que de la crisis salgamos cobrando menos en lugar de la medida lógica que es trabajando más. Lo que el rico y el poder desean es que salgamos de la crisis a costa de salarios de subsistencia en lugar de aumentando la producción y la competitividad. El funcionario tiene espíritu de rentista de sueldo limitado. Para él, lo único que importa del trabajo es el salario, de igual forma que lo único que le importa al rentista es la plusvalía.

Y a eso es lo que Rubalcaba llama derechos. Don Alfredo no puede ser tan tonto como para no darse cuenta de que su demagogia en apoyo de estos "derechos" camina en dirección contraria a la puerta de salida de la crisis.     

La guinda de la historia no es menos relevante. Habla de los sindicatos convocantes –UGT y CCOO- que se hacen las víctimas siendo verdugos. Convierten a medio Madrid en rehén de su protesta pero aseguran que están amenazando a los huelguistas. Lo de siempre: verdugos que se convierten en víctimas.

Pero a los sindicatos convocantes sí que les entiendo. Una de la consecuencias buenas de la actual depresión económica es que va a derribar, y a lo bestia, las estructuras patronales y sindicales actuales, sobre todo su financiación a cargo del erario público. De la misma forma y por la misma razón desaparecerán muchas estructuras administrativas, es decir políticas. Que se han convertido en un verdadero lujo que ningún país se puede permitir.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com