• La privatización de los aeropuertos españoles ha dado muchos bandazos y todavía no se sabe qué hacer.
  • Y encima, Abertis se aleja del negocio de la gestión aeroportuaria.
  • En el entretanto, Ryanair pone palos en las ruedas: se niega a aceptar las nuevas tasas, a pesar de la rebaja.
  • Precisamente la compañía que más subvenciones públicas ha recibido de la Administración española.
  • Y amenaza con reducir líneas... lo que aprovecharían otras.

La privatización de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) se le complica a su primer ejecutivo, José Manuel Vargas (en la imagen). En primer lugar, porque uno de los candidatos principales, Abertis, se está alejando de ese negocio y no parece estar por la labor, ni tan siquiera para aeropuertos singulares, como Barajas o el Prat.

Pero la razón de fondo es que, tras los bandazos iniciales, Vargas quería privatizar todo aunque parcialmente. Hasta el 49%, como límite, mientras el Estado seguiría manteniendo la mayoría. Y en plena crisis nadie quiere poner dinero para quedarse como minoritario -salvo los fondos de inversión, claro- pero esa no es la solución final. La gente no apuesta por el 49% sino por el 51%.

Y todo ello se complica con la rebaja de tasas aeroportuarias que el Gobierno ha pactado con las compañías aéreas. Conste que España no es el país más caro en tasas pero es que, encima, Ryanair se niega a firmar. Tenía que ser la aerolínea de bajo coste irlandesa, la que más subvenciones ha recibido de las distintas administraciones españolas, quien pusiera palos en la rueda.

Amenaza con reducir sus operaciones, bien subvencionadas por las comunidades autónomas (por ejemplo, en el aeropuerto de Gerona), y la profusión de aeropuertos en España infrautilizados hace temblar.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com