La verdad, y la brillantez, suelen caminar por conductos estrechos. Por lo general, en los grandes medios escuchamos los tópicos habituales pero en otros medios menores, como la revista Consejeros, tan buena como minoritaria.

Nos encontramos perlas como este artículo de José Antonio Santos Arrarte que coronaría la trilogía ya emitida de La última Risa, el genio de Abadía o el manual del financiero listillo.

Santos Arrarte, financiero de dilatada experiencia, también habla, como en los anteriores, de las razones de una crisis económica que no es sino crisis moral. "El caos del modelo financista" habla de accionistas ausentes y ejecutivos presentes, habla, en resumen, de un sistema que se presume paradigma de la libertad, sí, de la libertad de unos pocos para jugar con el dinero de los demás. Las tecno estructuras que juegan con la propiedad de los accionistas siempre ausentes, cribados a través de un proceso interminable de intermediarios que se comportan como si fueran los dueños del dinero sin serlo.

Esos ejecutivos tan presentes recuerdan las palabras de la candidata republicana Sarah Palin cuando hablaba de la necesidad de plantar cara a quienes nos "chantajean con nuestros ahorros", es decir, a Wall Street, o a Chesterton cuando recordaba que un ladrón es un partidario de la empresa privada, pero no de la propiedad privada.

Y no está hablando un recién llegado, Santos tuvo una fulgurante carrera en Banesto, fue director general de su Corporación Industrial y acabó siendo uno de los damnificados de Mario Conde. Y lleva lustros gestionando patrimonios y, dicho sea de paso, obteniendo rentabilidades señeras en sus fondos.

Simplemente, es uno de esos intermediarios que no se engañan a sí mismos.

Eulogio López

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